lunes, 20 de mayo

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Estreno en Royal City

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La gallina Turuleca ()

Director: Eduardo Gondell y Víctor Monigote

Intérpretes: Animación

Sinopsis: Turuleca es una gallina singular. Su peculiar aspecto desata las burlas del resto del gallinero, hasta que un día, Isabel, una exprofesora de música, la lleva a vivir a su granja. Allí, feliz y en armonía, la gallina descubre su gran talento oculto con la ayuda de Isabel: ¡Turuleca no sólo puede hablar, sino que canta como jamás has oído cantar a una gallina!

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 1 estrellas

Con mencionar solo su título, creo que sobran los comentarios, y si me apuran hasta la reseña. Para que luego se diga que la vida del crítico de cine es fácil.

Pues ya saben, sobre todo algún nostálgico de no demasiado vetusto cuño, la gallina turuleca… ha puesto un huevo, ha puesto dos, ha puesto tres. En la cancioncilla de marras estriba la presunta y única gracia de esta prolongación para la gran pantalla de una empresa que hace una orfandad aún mayor de la misma… de gracia, me refiero… de encanto, de chispa alguna de imaginación. En fin, para qué seguir incidiendo.

Y claro que cuando uno se sitúa ante un producto de estas características, y teniendo en cuenta el discretamente respetable nivel que viene presentando el cine de animación español en los últimos tiempos, sería injusto –y yo no soy quien, además- cargarme el trabajo específicamente técnico de una serie de profesionales que demuestran indudable oficio y elaboración en la composición de sus criaturas. Pero esto resulta a todas luces insuficiente cuando de lo que se trata es aspirar a mayores, es decir a algo mínimamente digerible y con algo de fuste.

Ni que decirles tengo –ya, ya sé que está orientada exclusivamente al público más menudo, pero también lo están las producciones de Pixar- que hace gala de un infantilismo y de un humor pueril que tira directamente de espaldas. Es de puro catón de los de muy antes. Y me genera grima.

Y desconozco los gustos de los niños de la actual hornada, en realidad creo que siempre los he desconocido, hasta de los que pertenecían a mi propia generación (a mí con 9 años me chiflaba STAR TREK y mis coleguillas ponían rictus ante esto), pero viendo que en la sala cuatro o cinco críos de no muchos palmos, no paraban quietos un instante, completamente desazonados, no sé si es oportuno deducir que la tal Turuleca mucha mella no les estaba haciendo. Vale, puede ser perfectamente achacable a la edad, pero no sé, no sé.

En fin, vuelvo a manifestarme en primera persona, que es la que me compete y la que quiero creer que les pueda interesar algo a ustedes. Es un completo desperdicio pagar por ver esto, sobre todo teniendo en cuenta que en breve estará en plataformas. Ya que uno se gasta los cuartos para llevar a hijos, sobrinos, primillos, es preferible recuperar FROZEN II  o ESPÍAS CON DISFRAZ, estos sí productos que tratan con respeto e inteligencia a cualquier tipo de espectador. Insisto, ya no es solo una cuestión de técnica, que también (aunque la aquí desplegada es muy modestita pese a mi consideración anterior) sino de TEXTO, algo tan fundamental pese a que en el cine de hoy en día y por parte de las nuevas generaciones se desconsidere un tanto, reduciéndolo a que se piense y difundad de ese maravilloso cine clásico que en el se hablaba mucho. Como si eso fuera malo. Así nos va a la hora de la utilización monosilábica tanto de lenguaje como de comunicación en general. Por su puesto, practiquísima para estos tiempos tecnológicos. Admito que tal vez el problema lo tenga yo por vivir en tiempos de líricas pretéritas. Qué le vamos a hacer, como diría la gran Jessica Rabbit, “me dibujaron así”.

Señalar que por el mismo precio pueden "disfrutar" de dos versiones a ritmo gallináceo de la MACARENA, tema que también se puede escuchar en el último trabajo de Clint Eastwood, RICHARD JEWELL.

Pues eso… ha puesto un huevo, ha puesto dos, ha puesto tres… y espere que no ponga más en el futuro en pantalla porque si no voy aviado, salvo claro. que de su confección se encargaran el futuro un John Lasseter o un Brad Bird, quienes seguramente serían capaces de darle la vuelta a este calcetín, que ya digo, ni tan siquiera a los infantes entra mucho.

José Luis Vázquez