Director: Woody Allen
Intérpretes: Diane Keaton, Woody Allen, Alan Alda, Anjelica Huston, Jerry Adler, Lynn Cohen, Joy Behar, Ron Rifkin, William Addi, John Doumanian, Sylvia Kauders
Sinopsis: Carol Lipton (Diane Keaton), una aburrida ama de casa de Manhattan, empieza a sospechar que su vecino Paul House (Jerry Adler), un hombre de avanzada edad, ha asesinado a su mujer, aunque, aparentemente, haya muerto a causa de un infarto. Su marido (Woody Allen) la tacha de paranoica y trata de quitarle de la cabeza esa descabellada idea; pero Carol se empeña en investigar a su vecino y empienza a seguirlo con la ayuda de su amigo Ted (Alan Alda), que siempre se ha sentido atraído por ella. Larry, espoleado por los celos y por una seductora escritora (Anjelica Huston), también interesada en el caso, se une de mala gana a la investigación.
Este gamberrete, desenfrenado en algunos momentos, jacarandoso, lúdico artefacto explosivo, entremezcla con enorme talento “thriller” y comedia.
Agradezco su falta de pretensiones y su –por elaborada- compleja sencillez, su ritmo acelerado y ligero, su considerable capacidad para burlarse de un mundillo al que su autor, Woody Allen, parece conocer a las mil maravillas, el de la “intelligentsia” neoyorquina, por extensión la de cualquier otra parte del mundo.
Constituye un gracioso, divertidísimo pasatiempo que exuda cinefilia por los cuatro costados, sobre todo la inspirada por el cine negro y de suspense, desde LA VENTANA INDISCRETA hasta LA DAMA DE SHANGHAI, pasando por esa joya de Billy Wilder titulada PERDICIÓN y convenientemente evocada vía pase televisivo.
En la trayectoria del genial cineasta supondría un nuevo reencuentro con la comedia pura y dura, que no pudo resultar más afortunado. Prolonga de alguna manera el estilo narrativo utilizado en la memorable MARIDOS Y MUJERES, rodada tan solo un año antes.
De mis seis o siete favoritas del genial neurótico. Todo un deleite.
José Luis Vázquez