"El 25N denuncia la violencia contra las mujeres"

La Asamblea General de las Naciones Unidas resolvió, en 1999, que el día 25 de noviembre de cada año fuera declarado jornada de denuncia de la violencia que se ejerce contra la mujeres y, a la vez, reclamar que los países emprendan políticas para su erradicación. La ONU entiende por violencia contra la mujer «todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada». La ONU invita a gobiernos, organizaciones internacionales y ONG a convocar actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública sobre el problema de la violencia contra las mujeres.

Esta violencia está incrustada en las sociedades de todo el mundo; es un problema transversal que trasciende a los estratos sociales, políticos, religiosos, étnicos, temporales o de cualquier otra naturaleza. Por eso, es básico hacer visible que existe la violencia contra las mujeres y su reconocimiento como problema para ponerle remedio. Fue un presidente socialista de Castilla-La Mancha, José Bono, quien por primera vez en España aprobó una ley para socorrer a las mujeres que sufrían maltrato, la Ley 5/2001, de 17 de mayo, de Prevención de Malos Tratos y de Protección a las Mujeres Maltratadas. Se creó una red de casas de acogida, centros de urgencias, centros de atención a mujeres jóvenes, teléfono gratuito de atención veinticuatro horas y programas de asistencia jurídico-procesal y psicológica.

Fue el presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien en el año 2004 aprobó la Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género para luchar contra una de las mayores lacras de nuestra sociedad. Pero no se quedó ahí, sino que creó también un Juzgado de Violencia sobre la Mujer y un Fiscal específico, así como la Ley de Igualdad. España es hoy reconocida en el mundo entero por sus leyes a favor de la Igualdad y contra la violencia de género.

Desde el presidente de España, Pedro Sánchez, hasta la alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, pasando por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y por el presidente de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero, todas las administraciones están implicadas en la Igualdad y en su lucha contra la violencia de género. Pero eso no ha podido evitar que, en la fecha en la que escribimos estas líneas, hayan perdido la vida este año 41 mujeres, víctimas de la violencia machista. No se ha podido evitar que también muchos niños y niñas hayan resultado víctimas de la misma violencia.

El conjunto de la sociedad debe interiorizar la realidad del sufrimiento de las mujeres ante esta lacra. Y eso pasa, en primer lugar, por la educación y por la formación. La primera, en casa y la segunda, en los centros escolares. Pasa por el uso adecuado del lenguaje común, por los mensajes subliminales que se emiten en todo tipo de comunicaciones, desde noticias hasta anuncios y redes sociales. Pasa por evitar los micromachismos. Pasa por considerar a las mujeres parte integral del conjunto de la sociedad, en igualdad. Y para ello, desarrollar los planes estratégicos necesarios. Para ayudar a que esto sea posible debe actuar también la política, y en ello estamos desde hace tiempo.