miercoles, 2 de julio

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Opinión

Ojalá y a la segunda vaya la vencida

Por Fermín Gassol Peco

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Que la democracia, la nuestra en concreto, es el mejor sistema político por ser el más justo es algo en que casi todos estamos de acuerdo. Sin embargo por la puerta de este gran espacio abierto a todos, se han colado caballos de Troya, partidos que valiéndose de la libertad y tolerancia que toda democracia contiene, están intentando establecer sus regímenes exclusivos y divergentes desde ambos extremos del espectro, eso sí, legitimados desde las urnas. Es por eso que la democracia deja en manos de la ciudadanía su propio destino, siendo ésta su única responsable.

En la España de ahora mismo existen tres partidos defensores de la Constitución, dos partidos que pretenden eliminar artículos fundamentales, tales como el modelo de Estado o de las Autonomías amén de otras cuestiones, erigiendo políticas excluyentes con tintes totalitarios y por ello divergentes; y por último un conglomerado de partidos nacionalistas de izquierdas y derechas, integrados muy mayoritariamente por quienes quieren independizarse, siendo este objetivo su único punto de unión.

Si recordamos los resultados de las últimas Elecciones Generales del pasado veintiocho de abril, vemos que casi diez y seis millones de votantes optaron por los primeros, seis millones y medio votaron a los segundos y dos y medio a los terceros. Traducido en número de escaños, doscientos cuarenta y seis a los primeros, sesenta y seis a los segundos y treinta y ocho a los terceros.

Estas cifran creo que hablan bien a las claras sobre dos cuestiones: La primera, que una inmensa mayoría de la ciudadanía optó por esa concordia pese a los desgastes, errores y serios contratiempos que nuestra ya no tan joven democracia ha venido padeciendo. Y segundo, que su desarrollo y madurez debe estar por lógica en manos de esa mayoría. Ni los populismos exclusivistas y totalitarios y por supuesto los independentistas, que no quieren diálogo sino anteriormente dinero y ya saciados, la secesión, (lo del federalismo es una broma) van a colaborar en desbloquear la situación haciendo una democracia convergente e inclusiva sobre la que asentar una amplia sociedad afable y justa.

Viendo el resultado de las elecciones de abril con una victoria amplísima e incontestable del PSOE, la mejor opción desperdiciada hubiera sido la de un gobierno socialista y Ciudadanos. Entonces no fue posible. Quizá pasado mañana si pueda darse, (en el caso más que probable de que los socialistas mantengan sus escaños), yo particularmente lo veo posible aunque solo sea por despecho del partido de Rivera hacia el preconizado abandono de votos en favor del P.P. que otorgan las encuestas. (La apuesta de Rivera fue ganar por K.O. a un P.P. muy tocado por la corrupción apareciendo como recambio, joven recambio de la derecha española, apuesta que no logró, intentando desde entonces y hasta hoy encontrar su espacio político)

De esta manera estaríamos gobernados por dos partidos convergentes, constitucionalistas y libres de peligrosas hipotecas con partidos totalitarios o bien independentistas, siendo además una magnífica ocasión para estos últimos que no quieren seguir siendo españoles dejen de ser los protagonistas de nuestra política nacional. Y lo más importante, se llegaría a una inaplazable situación de desbloqueo.