viernes, 29 de marzo

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Opinión

Libertades de expresión

Por Fermín Gassol Peco

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La libertad de expresión es aquella que responde y explicita a otras libertades; es podríamos decir, como su prueba del algodón. La libertad de expresión como hija y consecuencia inmediata de la de pensamiento, una libertad que se antoja fundamental para una convivencia sin opresiones ideológicas.

Dicho esto, respetando y avalando la necesidad de que así sea, sobrevienen de manera lógica las secuelas de tal ejercicio de libertad y que no son otras que las de evidenciar los saberes, ignorancias, aciertos y exabruptos que afloran en las ideas, expresiones y decisiones que manan de las teclas de quienes lo hacen tan libremente. Y es aquí donde ese maravilloso derecho y universal posibilidad, bien llega a su cenit en las expresiones del saber más ilustrado o cae y comienza a perder la teórica hermosura y calidad para revestirse de falaces verdades, equivocados conceptos, masturbaciones literarias y artísticas o lo que es peor, gratuitas ofensas contra los sentimientos más profundos de parte de la ciudadanía, la mayoría de las veces, digámoslo sin ambages, contra los sentimientos cristianos.

Porque para nuestra desgracia y la de una sociedad que procura esa libertad, es demasiado frecuente poder comprobar lo que el escritor británico Orwell decía: “si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento” y sufrir las expresiones de personas que opinan de lo divino y humano con una ignorancia supina, utilizando el lenguaje del anonimato o explícito como grosero medio para prostituir de manera retorcida los conceptos, haciendo así temblar a los más sólidos cimientos semánticos.

La libertad de expresión como arma arrojadiza, gratuita, vacía de contenido que se lanza contra aquellas otras basadas en la naturaleza, raciocinios, experiencias contrastadas y sentimientos religiosos. Esa libertad de expresión como un atentado contra esa misma libertad que conduce a la recta interpretación, a la verdad de las palabras, de sus significados y al insulto y menosprecio de lo que otros consideran como algo sagrado.