Los superhéroes están de luto (breve homenaje al gran Stan Lee)

Me resulta obligado recordar al genial Stan Lee en el día después de su fallecimiento. El genial escritor y editor de cómics nos dejaba este lunes a la más que respetable edad de 95 años.

Según dan fe y atestiguan quienes lo conocieron era un tipo chispeante en lo personal, afable, campechano, con gran sentido del humor, con la mejor de las disposiciones para encarar este loco planeta. Verdaderamente entrañable parece ser. La verdad es que la imagen que proyectaban tanto en entrevistas como en apariciones era de lo más gratificante.

El creador del universo Marvel, de SPIDER-MAN, HULK, THOR, LOS CUATRO FANTÁSTICOS, X-MEN, IRON MAN, ANT MAN, DAREDEVIL, DR. STRANGE o LOS VENGADORES, mostró siempre una fértil imaginación para darle dimensión terrenal a sus seres con súper poderes (fue, ha sido, será, el Gepetto, el sumo hacedor de todos ellos)

Los humanizó a base de mostrar sus debilidades, esas que los conectaban con las zonas oscuras e inseguridades de cualquiera de nosotros, simples terrestres. Alejándolos por tanto de la actitud inmaculada e intachable del referencial SUPERMAN.

Ya no le veremos más haciendo cameos en las estupendas producciones de reciente cuño de la casa, pero su espíritu continuará flotando a perpetuidad tanto en los innumerables trabajos dejados en vida como en los futuros por venir protagonizados por sus criaturas más queridas.

Su última aparición en la pantalla grande, la que quedará para los anales, es la llevada a cabo en la reciente simpática sin fervor VENOM, en la que lo mejor con diferencia es la divertida composición de ese formidable actor llamado Tom Hardy.

Qué bien me lo hizo pasar siempre con su inagotable y reconstituyente inventiva. Muchas gracias, maestro. Descansa en paz. Seguro que el Capitán América y sus mariachis estarán protegiendo tu corte celestial.