Opinión
Las ultimas arremetidas contra VOX en España, no son más que el reflejo del terror de la oligarquía nacional, promotora e impulsora del bipartidismo, ante los nuevos vientos que soplan en occidente.
Es evidente que el mundo está cambiando, también es evidente que España y Europa también van a cambiar, y también es palpable que VOX se posiciona como la clara herramienta para ese cambio en España, y eso es lo que algunos se resisten a admitir.
La socialdemocracia está en una crisis latente que puede terminar este mes de febrero con su derrumbe total tras las elecciones en Alemania. El presidente de la internacional socialista, Pedro Sánchez (PSOE), está rodeado de corrupción, y probablemente pueda ser imputado, este hecho junto al derrumbe de la socialdemocracia alemana puede ser el principio de una nueva era en Europa que se unirá al cambio que ya se está produciendo en todooccidente.
La oligarquía ibérica está asentada sobre unas bases socialdemócratas que pueden desaparecer, y están aterrorizados. El engranaje socialdemócrata es lo que articula nuestra transición, el bipartidismo y el régimen del 78. De hecho, ese PSOE impulsado en Suresnes por la socialdemocracia alemana, por EEUU y por ese Willy Brandt que llamaba a Felipe González y a los suyos “liberales reformistas”, es el gran protagonista y actor principal en las riendas de esa transición pilotada internacionalmente en la sombra.
La socialdemocracia hoy ya NO es aquella herramienta política útil para EEUU en la guerra fría, que ayudó a contener el avance de las ideas comunistas contraponiendola idea del Estado de Bienestar, de hecho, ya es una idea dañina para los intereses geopolíticos de occidente,articulado a través de un nuevo globalismo que debilita las naciones del bloque occidental frente a países emergentes, algo comprobable en los tejemanejes de los partidos socialdemócratas y populares europeos con China, Marruecos o con Rusia.
Tanto populares como socialistas se han movido en el mismo marco político socialdemócrata, no existe diferencia alguna en sus ideas, las ideas socialdemócratas son la argamasa que los mantiene unidos, a pesar de que se empeñen en demostrar unas diferencias que sólo se basan en la gestión, pues son inexistentes en lo político.
También es simplista tratar de contraponer los viejos términos de liberal frente a socialdemócrata cuando es sabido que, por ejemplo, la socialdemocracia se llama liberalismo en los Estados Unidos de América o que Miguel Boyer (PSOE) desindustrializó España bajo los más furibundos principios liberales. No hay diferencia en las formas de actuar entre ambas tendencias, todos han contribuido a la destrucción de las fronteras y las soberanías nacionales, fomentado la inmigración ilegal, el ataque a las identidades nacionales occidentales, todos están imbuidos por los mitos racionalistas, progresistas y materialistas, por el reino de la cantidad y la tiranía de las masas anónimas y monstruosasque representa el globalismo.
La derecha difuminada estaba resignada a no existir bajo el paraguas de los populares, a vagar en el limbo de los ensueños, completamente reducida a ser tropas auxiliares de la izquierda triunfante. En ese punto de inflexión que vivimos desde hace décadas, algunas derechas aceptaronel desafío de rebelarse, aceptaron romper con el marco socialdemócrata y globalista establecido, y ahora ha llegado su momento.
Es el caso de VOX que, en solo diez años, ha sido una derecha valiente que se ha ido aceptando no tanto en el calificativo de derecha -realmente insignificante pese a su vigor histórico obvio- como en el contenido, complejo y contradictorio. VOX es un sujeto político que ya tiene como meta no el regreso, sino la superación, y que en vez de manejar viejas colecciones de lugares comunes ha sidovaliente al articular nuevas síntesis.
En ese contexto complejo en el que VOX ha ido evolucionando y tomando identidad, es normal que muchos no entendieran los cambios, de hecho, es normal que no terminen de entender el verdadero cambio que está ocurriendo en occidente, aunque crean que sí, y también es normal que las aterrorizadas estructuras del bipartidismo utilicen todos los medios a su alcance para atacar a VOX. Los que llevamos décadas militando junto a Santiago Abascal, incluso en otros proyectos, hemos visto pasar a mucha gente y de todos hemos aprendido, a pesar de los desdenes.
Tampoco es que VOX haya sido perfecto, también se ha equivocado en muchas ocasiones, pero es realmente de estudio su evolución fulgurante para que en sólo 10 años -seis en las instituciones- VOX se haya convertido en la alternativa, en la mayor amenaza al poder establecido y en la esperanza de cambio de muchos millones de españoles para regenerar nuestra patria.
Las disquisiciones contra VOX que escuchamos en el ámbito de la derecha mediática son de chiste, que si el antiguo miembro del Partido Popular Europeo Víctor Orban es aliado de Putin, que si VOX ha abandonada a Giorgia Meloni porque la antigua militante del MSI es el paradigma del liberalismo atlantista, que si pedir financiación a un banco extranjero después de que la elite financiera española negara el crédito a VOX, que si somos una secta mejicana… y un sinfín de estupideces que sólo son asumibles en un contexto de desesperación contra VOX y de ignorancia generalizada.
VOX no va a morir y cada vez va a ser un partido más fuerte, que nadie lo dude, el movimiento social y cultural que lidera VOX es imparable y va a salvar a España.
Para terminar, acudo a unas palabras de José Javier Esparza escritas en 2013 que no admiten enmienda, ante la demonización a VOX y a su presidente:
“Puede que el aparcero de nuestra historia termine crucificado, como ha de sucederle a todo redentor en un pueblo que no se quiere redimir. Pero puede también que esta voz despierte la conciencia de muchos; quizá de la mayoría. Ojalá hubiera en España más Santiago Abascal”