Vivir de la política

Estas líneas no están escritas pensando en un determinado partido sino en todos aquellos que conforman el sistema, de tal manera que prácticamente ninguno escapa a lo que a continuación declaro: En nuestro país, el ejercicio de la política se ha convertido desde hace tiempo para muchos de quienes la ejercen en una profesión. 

Ejemplos tenemos y de qué modo desde que se inició la democracia. Políticas y políticos que trabajaron fuera de sus partidos y si antes lo hicieron con brevedad, una vez que entraron en este mundo bastante bien remunerado con dinero y poder, intentan permanecer en él hasta que el aparato lo decida, que en los casos donde se han ejercido responsabilidades de primer nivel, el trabajo queda garantizado con uno de los múltiples puestos que existen para la ocasión y agradecimiento: una embajada, presidir una empresa pública o cualquier organismo del que hasta entonces pocos conocían de su existencia. 

Políticos y políticas multifuncionales que igual sirven para ser alcaldes, consejeros y diputados autonómicos, senadores o diputados nacionales; la cuestión, el objetivo es seguir viviendo de la política, toda vez que pasados unos años, aquello que empezó siendo quizá una vocación de servicio público más o menos ilusionado o calculado, se acaba convirtiendo en una manera bien retribuida para ganarse la vida. 

Vienen a mi memoria y a la de todos ustedes, creo, nombres y apellidos concretos que han ostentado cargos a nivel nacional y que se vienen repitiendo una y otra vez en las listas y que de fracasar en las elecciones a las que se presentan, tienen otro puesto de cualquier tipo, esperando.