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Seguridad-Defensa

"Definitivamente sí, la armada va seguir durante muchos años, como un bastión de la cultura en medio de la Mancha", aseguraba el Almirante Gamboa Pérez-Pardo

El director del Instituto de Historia y Cultura naval, Almirante Marcial Gamboa Pérez-Pardo, decía esta mañana en un acto en Viso del Marques, de forma categórica que la Armada va seguir durante muchos años en esta localidad, con su archivo museo Álvaro de Bazán, en donde se inauguraba una sala de homenaje al Contralmirante Julio Guillén Tato.

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El Almirante Marcial Gamboa Pérez-Pardo recogiendo una fotografía obsequio de la hija del Contralmirante Julio Guillén Tato, para este nuevo espacio.

P.M.M.C. Experto universitario en seguridad y defensa.- En el contexto de la inauguración de una sala permanente en homenaje al Contralmirante Julio Guillen Tato, en el archivo museo Álvaro de Bazán de Viso del Marques, y a preguntas de los medios de comunicación, el Almirante Marcial Gamboa Pérez-Pardo, director del Instituto de Historia y Cultura naval, nos aseguraba que: “la Armada tiene decidido, decidida vocación seguir impulsando este maravilloso palacio archivo museo durante muchos años además contamos con un proyecto de inversiones para mantenerlo en las condiciones más dignas posibles, contando siempre con la escasez presupuestaria, ósea que sí, definitivamente sí, y me alegra que me haga esta pregunta, porque la Armada va seguir aquí durante muchos años, como un bastión de la cultura en medio de la mancha”.

El almirante insistía en que, “aunque los recursos son escasos, pero los marinos y militares somos disciplinados y por ello ejecutamos con la mayor eficiencia de esos recursos, que son los que nos pueden dar, para seguir restaurando, manteniendo y conservando, este maravilloso palacio en esta maravillosa tierra”, aseguraba el almirante Marcial Gamboa Pérez-Pardo.

Por su parte, el Marqués de Santa Cruz sentía orgullo por el acto vivido esta mañana, y nos aseguraba que es un acierto que la Armada haga un homenaje a un profeta de la protección del patrimonio histórico, como es Julio Guillén Tato, aquí supo casar la iniciativa privada, con la iniciativa pública, y darle contenido moderno a este edificio, ya que si no hubiera desaparecido, hoy debo agradecer a la Armada lo que ha venido haciendo, y el pueblo del Viso del Marques debería de hacer lo mismo, si no fuera por la Armada esto no existiría, nos aseguraba el Marqués, también nos confesaba a los medios de comunicación dos deseos, uno de ellos es que se pudiera anunciar este palacio con carteles en la carretera o en la autovía más próxima la existencia de este palacio, ya que hay hasta carteles para anunciar el famoso cocodrilo que hay en la Iglesia parroquial, y no lo hay para el palacio, pareciéndole al Marques vergonzoso, y otro deseo es que el interés que tiene la armada en la restauración del palacio, lo haga siempre en contacto con el ministerio de Cultura, institución que no existía cuando se firmó en contrato entre la madre del Marqués y Julio Guillén.

El director del Museo naval, almirante Enrique Torres Piñeyro, nos aseguraba que el palacio en sí mismo ya es una obra de arte, más allá del contenido que se tiene en las diferentes salas, hoy lo único que se ha hecho es enriquecer ese contenido con la inauguración de una sala dedicada al Contralmirante Julio Guillén Tato, que tanto ha hecho por la Armada, y en particular por el museo Naval y por este palacio.

Breve reseña del marino Julio Guillén Tato

Nacido en 1897, ingresó en la Armada en 1914, y en su juventud fue un notorio piloto de globos y dirigibles de Aeronáutica Naval en su primera época (1917 – 1936).

Terminada la Guerra Civil, fue director del Museo Naval desde el año 1941 hasta su muerte, acaecida el 27 de noviembre de 1972, siendo siempre fiel a su máxima de que “el cumplimiento del deber es insulso, si no se hace con pasión”.

En este extenso periodo son incontables sus actividades, escritos y logros en pro de la cultura naval; cabe destacar entre ellos su papel en la cesión del palacio del Viso, por el entonces marqués de la Victoria, don José Fernández de Villaverde y Roca de Togores, firmada el 4 de febrero de 1949, para la función de Archivo y Museo de la Armada.

Como polígrafo especializado en el mundo marinero, resaltar que ingresó en la Real Academia de Historia, pronunciando su discurso de ingreso el 1 de diciembre de 1943, de título “Cartografía marítima española”. Y veinte años más tarde, el 4 de abril de 1963, el de ingreso en la Real Academia Española de la Lengua, titulado “El lenguaje marinero”.

Ahora, 50 años después de su fallecimiento, el recuerdo del contralmirante Guillén perdura en el ámbito naval por sus numerosos escritos, así como en muchos rincones del Museo Naval y del Palacio del Viso. Un ejemplo es el “Camarote del Comandante”, reproducción del de un navío de principios del XIX.