Director: Dan Trachtenberg
Intérpretes: Mary Elizabeth Winstead, John Goodman, John Gallagher Jr., Maya Erskine, Douglas M. Griffin, Cindy Hogan, Ryan Martin Dwyer
Sinopsis: Una joven sufre un accidente de coche. Cuando despierta se encuentra encerrada en una celda bajo tierra, secuestrada por un hombre extraño (John Goodman) que dice haberla salvado del día del juicio final. El excéntrico captor asegura que el exterior es inhabitable por culpa de un terrible ataque químico, algo que no sabe si creer. Es así como comienza su pesadilla, en una espiral de desconocimiento. La mente del criminal es infranqueable, y ella tendrán que intentar analizar a su enemigo para conseguir sobrevivir.
Que me sorprendan con una película de suspense, con un thriller psicológico de reminiscencias fantásticas a estas alturas de mi existencia cinematográfica no es nada fácil, aunque me pueda mostrar magnánimo –por agradecimiento y por respeto hacia los profesionales- en algunas ocasiones. Lo mejor que puedo decir de esta 10 CLOVERFIELD LANE es que lo consigue con un grado de satisfacción considerable.
No solo eso, sino que finalizada su proyección y pese a que sus intenciones primeras sean la de ser en generosas dosis un divertimiento, me genera cierta desazón y saludable incertidumbre, sobre todo en lo referido al personaje de un –en todos los sentidos del término- enorme, inmenso John Goodman. Por cierto, tras esta película se ha sometido a una cura de adelgazamiento tan espectacular que no resulta nada fácil reconocerle. Me alegro por su salud.
Remitir de nuevo al cine de Hitchcock resulta ya recurrente y cansino, pero es cierto que las pautas de su estilo se pueden rastrear perfectamente. Además, el espíritu del mejor cine de serie B o de la mítica serie DIMENSIÓN DESCONOCIDA flotan por el ambiente. Pero, sobre todo, está la alargada mano de un director y, como es el caso, productor que ya ha ocupado un puesto destacado en el cine más lúdico y festivo de los últimos tiempos. Me refiero a J. J. Abrams, ilustre rescatador de grandes franquicias.
Y aunque en este caso delega la dirección en un novato, Dan Trachtenberg, que apunta my buenas maneras, el sello, la marca de fábrica resultan inequívocas. Le considero, sin duda, el mejor sucesor de Steven Spielberg. Para confirmarlo del todo, tendrá que dar el salto definitivo a otro tipo de historias que no sean –ojo, que de por sí me parece fundamental, quede claro- meramente evasivas o escapistas.
Para escapismo el que trata de llevar a cabo la protagonista femenina, una muy convincente Mary Elizabeth Winstead, una estratagema de lo más ingeniosa y efectiva, igual que lo es también esta producción que juega con gran habilidad en su destacable guión (de tres buenos profesionales, sobre todo de Damien Chazelle, el de WHIPLASH) con esa premisa que cuando se hace bien nunca falla, la de no saber bien sí confiar en un personaje determinado, en este caso el encarnado por Goodman. O la de crear verdadero misterio sobre lo que va a pasar a continuación.
Él y sus dos compañeros contribuyen a darle realce a esta pieza de cámara en la primera y mayor parte de su metraje, que juega con enorme habilidad con los espacios cerrados y que consigue trasladar al patio de butacas esa atmósfera claustrofóbica, paranoica de la que hace virtuosa gala.
Me parece, además, muy inteligente adoptar el punto de vista de la chica para transmitir una determinada angustia y zozobra.
Su título obedece a un antecedente previo, la también muy notable MONSTRUOSO, pero ahí queda el parentesco, pues esta otra, aunque pueda compartir algún pasaje en común, se bifurca adecuadamente para regalarnos una película inquietante, juguetona y, lo que es más importante, muy entretenida.
Puede ser una magnífica opción a las procesiones semanasanteras. Y puede infundirles agradecible intranquilidad. Muy buenos los conocidos temas seleccionados para su banda sonora.
José Luis Vázquez
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