Estreno en Royal City

 

La mosca (1958)

Director: Kurt Neumann

Intérpretes: Al Hedison, Patricia Owens, Vincent Price, Herbert Marshall, Kathleen Freeman, Betty Lou Gerson, Charles Herbert, Torben Meyer, Bess Flowers, Charles Tannen

Sinopsis: Tras experimentar en sí mismo una transferencia de materia, un científico observa cómo su cabeza y un brazo empiezan a modificarse.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Un clasicazo incontestable del cine de ciencia-ficción estadounidense de los cincuenta. Su plano final y ese aterrador “socorro” exclamado  por una pequeña e híbrida criatura es uno de los momentos culminantes del género. Y adelantándoles, o previniéndoles de esto, no creo fastidiarles o chafarles nada, pues aun estando sobre aviso garantizo que el impacto o la conmoción será la misma.

El primer visionado que llevé a cabo del mismo se remonta a un entrañable y añorado espacio cinematográfico de Televisión Española presentado por Chicho Ibáñez Serrador, MIS TERRORES FAVORITOS, emitido las noches de los lunes de comienzos de los 80. Irse a la cama tras experimentar horrores de todo tipo que provocaban verdadero pavor, como el aquí consignado, me resulta hoy en día un recuerdo impagable e imborrable.

LA MOSCA (THE FLY), en esta su primera versión de 1958, pues conocería una inmediata secuela y hasta un brillante “remake” en 1986 (del gran cineasta David Cronenberg, especialista entre otras de putrefacciones y supuraciones varias como la perpetrada con su visión del asunto) con su también correspondiente secuela, es una producción 20th Century Fox que gira en torno a la transportación de materia… y alguna de sus nefastas consecuencias. Ya saben que el progreso siempre tiene que pagar peaje.

Aunque hoy en día están más que superados sus, no obstante, encantadores efectos especiales y cierta ingenuidad propia del momento, es fácil que continúe provocando más de un escalofrío. E igualmente, me sigue pareciendo admirable su capacidad para hacer virtud de la sugerencia.

Resulta además muy hábil jugando con el suspense y la incertidumbre ante lo que puede pasar en la siguiente secuencia. Curiosamente, el guionista (según relato de George Langelaan) es James Clavell, un personaje y profesional singular, al que en su faceta de fugaz director debo tres maravillas como EL ÚLTIMO VALLE (una de mis 10 películas favoritas de siempre), REBELIÓN EN LAS AULAS y EL LADRÓN REBELDE.

Su director, Kurt Neumann, otro de esos ilustres alemanes emigrados a Hollywood, fue todo un especialista en asuntos fantásticos en el doble sentido del término. Así lo atestiguan títulos como el excelente y “camp” COHETE K-1, SHE-DEVIL (LA DIABLA) o KRONOS.

La narrativa hace gala de una considerable solidez, amparada en un largo flash-back que, al igual, que el cadáver flotante de EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES nos sumerge en una paulatina pesadilla fruto del mayor alucinógeno. Y, repito, eso salvando las distancias propias del momento en el que fue elaborada.

El grandísimo Vincent Price es uno de los motores interpretativos de la historia, al igual que también lo son Al Hedison en el papel del científico mutante o de la muy atractiva Patricia Owens.

A poco que sean afectos al género, estoy prácticamente convencido que van a pasar un buen mal rato. Aparte, la película por sí misma, está meticulosamente contada. Una delicia.

 

José Luis Vázquez

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