Estreno en Royal City

 

American graffiti (1973)

Director: George Lucas

Intérpretes: Richard Dreyfuss, Ron Howard, Charles Martin Smith, Paul Le Mat, Candy Clark, MacKenzie Phillips, Cindy Williams, Harrison Ford, Wolfman Jack, Bo Hopkins, Kathleen Quinlan, Suzanne Somers, Beau Gentry, Jim Bohan, Jan Bellan, Deby Celiz, Lynne Marie Stewart

Sinopsis: Es la última noche del verano de 1962, y los adolescentes de Modesto (California) quieren divertirse antes de afrontar sus responsabilidades como adultos. Así que todos salen esa noche para beber, ligar, pasearse en coche, ir a la bolera o bailar un rato...

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Su primer plano no puede ponernos en mejor situación. Las luces resplandecientes del Mel´s Drive In encendidas con el espléndido atardecer californiano de fondo. Chicas, coches y música rock irrumpiendo de manera fundamental en las vidas de sus criaturas y de tantos espectadores que asistirán a este mural de alegría, sonidos, felicidad y muy buen rollo.

Una noche de sábado del verano de 1962 en una pequeña localidad californiana, Modesto. Cuatro amigos pasean calle arriba calle abajo en tótems automovilísticos. Y el RUNAWAY de Del Shannon sonando a toda pastilla… y así otros muchos míticos temas más. Será una intensa jornada, desde el atardecer hasta el amanecer, en el que entrarán definitivamente en el mundo adulto, vivirán sus primeros escarceos amorosos, tendrán diversas experiencias con chicas, abrazarán el peligro, se ratificarán sus sueños, partirán para rumbos inciertos o sencillamente volarán hacia templos del saber.

Es AMERICAN GRAFFITI, una película fundamental en mi vida y en las de tantos de una determinada generación, y aún en la de muchos de los que vendrían después. La obra maestra de George Lucas, aunque su GUERRA DE LAS GALAXIAS resulte igualmente imprescindible. Y lo es por sentida, por ese despliegue de emotividad contenida, por sumamente bonita, poética, espontánea…

Un trabajo sin duda reluciente y no de ese falso relucir que visten tantas producciones que dentro no contienen nada. Aquí no, aquí se respira brillo del auténtico por cada uno de sus costados. No solo por el que desprenden esos imponentes coches que recorren el lugar o por sus cegadoras luces de rótulos luminosos, sino por el brillo que otorga lo que se advierte como auténtico, sin imposturas, sin falsas poses.

Y pensar lo que le costó a Lucas sacar adelante su proyecto. Menos mal que le echó un cable su incondicional amigo Francis Ford Coppola, finalmente productor de la empresa. Todos los estudios iban rechazando el proyecto hasta llegar a Universal. Allí sí creyeron en el mismo… aunque por la “exigua” cantidad de 775.000 dólares. Al poco de su estreno acabaría recaudando 55 millones de dólares. Con el tiempo y la aparición del vídeo, estas cifras se acabaron disparando hasta los 200. Un negocio redondo, aunque el fin primero de este proyecto fue el de narrar un trozo de vida encubierto de su autor, o mejor dicho director… que suena menos pomposo.

Pese a destacar anteriormente su carácter espontáneo, el haber ido surgiendo fruto de las casualidades y hasta de las prisas (rodaje de tan solo 28 días, guion que tuvo que llevar a cabo en el casi último minuto Lucas), se nota que es un trabajo de alta precisión. Sin ir más lejos, cada secuencia estaba centrado en un tema del rock & roll del momento, finales de los 50 comienzos de los 60.

Precisamente a través de esas canciones y de ese retrato generacional aparentemente irrelevante, intimista, se captura el espíritu de toda una época, de un importante período histórico.

Como, además, hay tantas subtramas, es difícil que casi todo el mundo no se pueda ver identificado en algunas de las situaciones propuestas, algo a lo que contribuyen las características de sus personajes principales: la calma, la bondad, la torpeza, el riesgo.  También casi supone el acta notarial de una pérdida de inocencia, a punto de ser mancillada por la guerra del Vietnam y otros acontecimientos con los que siempre nos sorprende una vida que a veces avanza con el pie demasiado pegado al acelerador.

No puedo ir finalizando esta crónica de una película tan personal para mí y para la que necesitaría elaborar todo un tratado, sin destacar a algunos de los jóvenes protagonistas. Como al fardón Paul Le Mat; al pelirrojo Ron Howard, el mismo que se acabaría convirtiendo en el aclamado director de UNA MENTE MARAVILLOSA, WILLOW o CINDERELLA MAN; al enclenque Charles Martin y, sobre todo, al observador Richard Dreyfuss, en el que supondría su espaldarazo al estrellato. Y Cindy Williams, Candy Clark, un bisoño y ya talludito Harrison Ford o el inefable Wolfman Jack, todo un referente para los búhos nocturnos. Por cierto, dando pie este último a una memorable secuencia en su hábitat natural. Como esta, hay decenas más, de esa misma emoción contenida que destacaba al principio de mi reseña.

Decir que la banda sonora es memorable es una redundancia grosera, así que no me recrearé en ello, pero entiendan que tenía que mencionarlo. Y así todo lo demás. Es una de esas películas perfectas desde una inicial imperfección, que está más allá del bien y del mal, que forma irresoluble parte del crecimiento de quien esto les cuenta.

Los Beach Boys y su evocador, nostálgico, maravilloso ALL SUMMER LONG ponen inmejorable colofón al final del verano y de una etapa existencial de sus protagonistas.

Imprescindible.

José Luis Vázquez

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