¿Y si Dios existe, pero es un hijo de puta? ¿Y si estamos en el infierno? ¿O peor, y si la sorpresa que nos tiene preparada este creador es que ya estamos en el cielo y solo nos espera el infierno? ¿Y si la única certeza de que estamos vivos es el dolor que sufrimos? ¿Y si la única forma de vivir es aguantar ese dolor hasta que no podamos más, como en un experimento macabro sobre un microscopio infinito, iluminados por la luz de las estrellas? ¿Nos extrañaría de verdad que los Dioses nos despreciaran con crueldad igual de nosotros hacemos con las hormigas? ¿Deberíamos esperar de los creadores la clemencia que negamos a las criaturas que dominamos?

¿Y si somos una raza de demonios, de aberraciones? ¿Y si somos un virus para el tejido del universo? Un cáncer maligno del que se cura poco a poco fagocitándonos entre sus galaxias ¿Alguien en su sano juicio piensa que somos en realidad el último eslabón de la creación, una cadena que acaba en falso? ¿Merece todo lo que vemos una explicación tan triste?

Mi nombre es Juan García.

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