Director: Fritz Lang
Intérpretes: Marlene Dietrich, Arthur Kennedy, Mel Ferrer, Gloria Henry, William Frawley, Lisa Ferraday, John Raven, Jack Elam, George Reeves, Frank Ferguson, Francis McDonald, Dan Seymour, John Kellogg, Rodd Redwing
Sinopsis: Vern Haskell recorre todo el Oeste en busca del hombre que violó y mató a su prometida. Alguien le dice que quizá lo encuentre en Chuck-a-Luck, un rancho que sirve de escondite a toda clase de criminales y cuya propietaria es la cantante Altar Keane. Para entrar en el rancho sin despertar sospechas, se hace pasar por un forajido. El problema es que en ese lugar hay una norma inviolable: está prohibido hacer preguntas.
Este domingo 6 de julio a las 14:15 h. en 13TV.
RANCHO NOTORIOUS, o ENCUBRIDORA como se lo conoció en España, fue uno de los tres –el último concretamente- westerns que el maestro alemán Fritz Lang rodó en la Meca del Cine y, sin duda, el más popular y mítico, algo a lo que contribuiría decisivamente la presencia de su paisana, la aún todavía más mítica Marlene Dietrich, que a sus 48 años continuaba pisando fuerte. Tanto que de aquí saldría dañada seriamente la amistad entre ambos por no permitirla presentarla con un “look” más juvenil, aspecto del que ella ya se encargó que así fuera en todo lo posible o “razonable” que el asunto requería.
Ese asunto en cuestión es una historia de venganza y pasión, contrapunteada desde el inicio por una balada, LA LEYENDA DE CHUCK-A-LUCK interpretada por William Lee, que nos va introduciendo en varias de las secuencias fundamentales que salpican su trama. El nombre, que traducido al español sería LA RUEDA DE LA FORTUNA, hace alusión a un juego de azar.
Oscilando entre el tono romántico y el negro, seguramente su textura, su satén visual inspiró al aún más enfebrecido Nicholas Ray de JOHNNY GUITAR. Lang en cualquier caso mostró su contrariedad por no habérsele permitido rodarla tal y como tenía previsto, pues hasta el título le fue cambiado. El productor Howard Welsch le amputó media hora de metraje y encargó un montaje diferente al inicialmente previsto. En parte dio igual, ya que no pudieron acabar con la capacidad creadora del genio.
Rodada íntegramente en estudio (el decorado principal, ese saloon de juegos, no tiene desperdicio), esa estilización antes sugerida posee una extraña fascinación. Y pese a esos colores oscuros, varias escenas nocturnas o interiores con escasa luz, siempre la recuerdo, la tengo alojada en mi memoria como de refulgente colorido.
Su comienzo es propio de un genio del mudo como fue Lang, capaz de alternar esos carascterísticos toques suyos expresionistas, que nunca abandonaría, con otros góticos, determinados, entre otros aspectos, por abundancia de candelabros en el decorado.
Podría ser perfectamente tachado de western atmosférico, absorbente con un trío protagonista de excepción (junto a Dietrich están Arthur Kennedy y Mel Ferrer) y de los atípicos por, entre otras cuestiones, mostrar a una mujer de fuerte carácter en medio de conflictos puramente masculinos.
Una maravilla.
José Luis Vázquez