sábado, 27 de abril
sábado, 27 de abril
Director: Shane Black
Intérpretes: Olivia Munn, Boyd Holbrook, Trevante Rhodes, Sterling K. Brown, Jacob Tremblay, Jake Busey, Edward James Olmos, Yvonne Strahovski, Thomas Jane, Keegan-Michael Key, Kyle Strauts, Alfie Allen, Niall Matter, Paul Lazenby, Crystal Mudry, Devielle Johnson, Augusto Aguilera, Andrew Jenkins, Dean Redman, Rhys Williams, Steve Wilder
Sinopsis: Desde los confines del espacio hasta las más calles de los suburbios de las ciudades pequeñas, la búsqueda llega a la casa de la reinvención por Shane Black de la saga "Predator". Ahora, los cazadores más letales del universo son más fuertes, más inteligentes y más mortales que nunca, y se han mejorado genéticamente con ADN de otras especies. Cuando un niño accidentalmente desencadena su regreso a la Tierra, solo un grupo de ex soldados y una profesora de ciencias podrán evitar, quizá el fin de la raza humana... (FILMAFFINITY)
Todavía recuerdo con alborozo el impacto causado por el primer DEPREDADOR allá por los estertores del verano de 1987. Schwarzenegger se encontraba en pleno apogeo artístico y con un estatus reconocido de estrella taquillera.
Tres años después se llevaría a cabo una secuela bastante potable y en 2007 otra en la que la bestia alienígena era enfrentada a una antagonista casi de su misma condición, Alien. Este experimento resultó más bien fallido.
Y ahora llega a las pantallas esta secuela, renovada y con efectos especiales a tono con los avances tecnológicos experimentados en estos últimos años, aunque no muy superiores ni más imaginativos que los de aquella impactante entrega inicial.
Además, esta carece de su empaque, su dinamismo –no se confunda atropello y acumulación con ello-, su tensión, su contundencia, aunque no deja de ser decorosa y aguanta el tipo. Y es también ruidosa.
Es cierto que hay que verla con los ojos irreverentes, “destroyer” si quieren, esos con los que las nuevas generaciones la contemplan y hasta jalean. Es bestia, muy bestia, por momentos bastante “gore”, algo sobre todo patente en desmembramientos varios. La redime el hecho de que está planteada con guasa y sentido del humor, evidente este sobre todo en esos diálogos repletos de palabrotas, de veroborrea procaz. El estilo DEADPOOL que a mí precisamente no me arrebata parece que continúa siendo eficaz. Esta es una de las razones por las que exponentes como el aquí comentado difícilmente podré considerarlos como excelsos.
Su argumento es enroscado como es a veces habitual en algunos seriales de este tipo y ofrece algunas vueltas de tuerca cogidas a veces por los pelos. Obviamente, no las desvelaré, pero hacen principalmente alusión a la razón de la visita a nuestro planeta de los monstruitos de marras. Lástima que no hayan sido más incisivamente desarrolladas.
Sí se puede detectar dentro de ese humor anteriormente aludido, una cierta negrura que no le sienta mal a la historia. No se olvide que detrás de esto se encuentra un guionista avezado y un director curtido en este tipo de producciones, Shane Black, firmante de los libretos de las dos primeras entregas de la estupenda ARMA LETAL y de la dirección de la tercera parte de IRON MAN. No quiero olvidar tampoco en su faceta como escritor EL ÚLTIMO BOY SCOUT, ni su sorprendente debut tras las cámaras con KISS KISS, BANG BANG. Incluso algunas breves apariciones como actor en ROBOCOP 3, EL ÚLTIMO GRAN HÉROE y la genial MEJOR… IMPOSIBLE. Un profesional con buen bagaje a su espalda, pese a que nunca haya resultado especialmente descollante.
Incluso algunas frases o expresiones más serias no dejan de tener su miga, como aquella en el que el hijo de un francotirador de la CIA, un chico con síndrome de Asperger (del que se deja caer que podría ser el siguiente paso en nuestra cadena evolutiva) le espeta a un cartero “mi padre mata a gente para que usted pueda ejercer su cartero”. Sic. Esto me remite a otra parrafada estupenda que soltaba Al Pacino en LA PRUEBA acerca de las actividades ilegales de la agencia de inteligencia estadounidense: “Nuestros fracasos se conocen… nuestros éxitos no podemos contarlos”.
Pero no es mi intención divagar más sobre esta cuestión, ya que no es esa precisamente la razón principal de una película cuya pretensión primera es entretener a buen ritmo, tirando de un descaro que conecta con una amplia capa de espectadores juveniles
Por resumir y que se atengan a una conclusión: supongo que quienes sean “predatófilos” disfrutarán moderadamente con esta actualizada entrega. Por supuesto, quienes se consideren reacios o incluso hostiles a este tipo de cine y a esta saga en concreto, mi consejo es que se abstengan de ir a verla… aunque, faltaría más, hagan lo que les salga de las mismísimas narices… pero avisados quedan.
Un pasatiempo, eso… pasable, gamberrete y brioso.
José Luis Vázquez
