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Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

Miércoles, 22 de enero

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Foto: Will Smith y Martin Lawrence en Bad boys for life/Bad boys for life

-Un recuerdo obligado y breve a Terry Jones, uno de los más preclaros componentes de ese colectivo humorístico rompedor y divertidísimo que fue Monty Python. Este miércoles típicamente invernal me entero de su fallecimiento ayer martes 21 de enero a los 77 años, tras una ardua batalla contra la demencia:

Fue el director del más memorable trabajo del grupo, LA VIDA DE BRIAN (THE LIFE OF BRIAN), sin discusión una de las películas más divertidas, irónicas, mordaces y punzantes de la historia del cine, a la altura –en otro estilo y registro- de TO BE OR NOT TO BE (SER O NO SER) de Ernst Lubitch. Algunos de sus momentos son de una estricta y rigurosa actualidad -cuestiones asamblearias sin ir más lejos- pese a estar focalizada en tiempos del Imperio Romano que rigiera nuestra actual era.

En su faceta de actor le tocó pechar con papeles como el de madre del susodicho Brian, un trasunto en plan más reivindicativo e igualmente proletario del mismísimo Jesucristo.

Pero hubo otros títulos cinematográficos, aparte de sus memorables programas e intervenciones televisivas (ahí queda para las antologías MONTY PYTHON´S FLYING CIRCUS), que cimentarían su justificada reputación, algunos también francamente descacharrantes como EL SENTIDO DE LA VIDA, LOS CABALLEROS DE LA MESA CUADRADA Y SUS LOCOS SEGUIDORES, LOS HÉROES DEL TIEMPO o LA BESTIA DEL REINO, las dos primeras co dirigidas con Terry Gilliam –el único miembro norteamericano- y las dos dirigidas ya por este último en solitario-, aunque la verdad es que entre los 7 componentes de los Monty todos hacían de todo.

Galés de nacimiento su asociación con sus compatriotas británicos John Cleese, Eric Idle, Graham Chapman y el citado Gilliam tiñeron de ingenio, confirieron lustre y esplendor a la comedia durante –principalmente- las décadas de los 70 y 80. También escribió libros y poemas, de los que no puedo dar fe de su valía, destacada en cambio por muchos quienes sí los han leído.

Mil gracias por tantísimas risas inteligentes con sentido… de la vida y hasta de la oportunidad.

Descanse en paz. Ponganle, rubriquen este obituario con silbiditos finales a lo VIDA DE BRIAN (como el figura en el último vídeo de mi homenaje). Ya saben... MIRA SIEMPRE EL LADO BRILLANTE DE LA VIDA.

 -Semanitas así, con solo tres estrenos, son un alivio para la vista y para las neuronas, pero como la adicción es la adicción, y esta que a mí felizmente me consume no tiene visos de finalizar nunca, echo de menos las de siete, ocho o incluso nueve… y los que me quieran echar al cuerpo serrano. Voy con el tercer y último pues de este fin de semana, BAD BOYS FOR LIFE (BAD BOYS FOR LIFE):

Pese a poder considerarme en líneas generales un seguidor del cine exhibicionista, acelerado y centrifugador de Michael Bay (LA ROCA, ARMAGEDDON, PEARL HARBOR o la subvalorada –bueno en realidad toda su obra lo es por buena parte de la grey crítica- 13 HORAS: LOS SOLDADOS SECRETOS DE BENGASI son sus cimas, sus hits más destacado para quien esto firma; por el contrario, la saga TRANSFORMERS aun reconociéndole algún mérito me estraga).

Precisamente DOS POLICÍAS REBELDES, pese al taquillazo que supuso en su momento, era la que menos me atrajo en su momento de su filmografía. Por eso acudí a ver la que supone segunda secuela –la primera o la segunda parte oficial era un simple remedo, bastante flojita- con desconfianza, con escepticismo. Y miren por donde no hay nada como acudir de esa guisa muchas veces a una sala, siempre claro está, que lo ofertado muestra una mínima competencia, como es el caso.

Otra cuestión es que haya alérgicos por sistema a este tipo de cine velocípedo, hipertrofiado en lo que a su acción se refiere, de diseño excesivamente prefabricado, escasa por no decir nulamente reflexivo (ni falta que hace a veces, claro) y en ocasiones atropelladamente rítmico. Pues curiosamente lo que unas veces con todos estos atributos puede ser desdeñado aquí resulta meritorio. Para que vean lo arbitrario que puede ser esto de las películas, los gustos, etcétera.

A ver, debo matizar, esto no está proclamado porque sí, dicho por decir, tiene una argumentación y unos fundamentos. Y si, como me pasa a mí, no son ustedes prejuiciosos por cuestión de tema o género, es posible que puedan disfrutar con esta entrega que presenta varios aspectos positivos o detalles distinguidos a tener en cuenta.

Entre ellos, un humor molón que funciona muy bien por la complicidad, química y buen rollo de la pareja protagonistas (nos encontramos ante el enésimo ejemplo de “buddy movie” vacilona) y que le sienta francamente bien al tono general desenfadado de esta “action movie”; una acción magníficamente rodada y montada y unas interpretaciones jacarandosas de Will Smith (51 años, en plena forma, siempre simpático) y Martin Lawrence (54, más rellenito, dispuesto siempre a seguir la fiesta, la verbena pirotécnica) qué le sientan como un guante a este tipo de historias afables. Ni que decir o insistir hace falta en que los chicos de efectos, de explosivos, demuestran una pericia a prueba de cualquier detonante. Y no quiero olvidarme de Kate Del Castillo que despliega presencia como "bruja".

Llegado a este punto conviene destacar que ha sido dirigida por dos jóvenes –apenas sobrepasan la treintena- cineastas y amigos belgas, Adil El Arbi y Billal Falah, que tras tres largometrajes firmados en su país natal que no pasaron desapercibidos, hacen con este trabajo su brillante y “humilde” debut en el cine norteamericano con este trabajo, tras haber dado rúbrica también al vídeo musical DIMITRI VEGAS & LIKE MIKE, “When I grow up”, que presentaba “en sociedad” al rapero Wiz Khalifa. Está previsto que rueden inminentemente una secuela de la taquillera y ochentera SUPERDETECTIVE EN HOLLYWOOD de nuevo con Eddie Murphy. Como ven, historias afroamericanas concebidas para hacer pasar buenos ratos sin estrujarse en exceso el cerebelo.

Muy distraída, amena y con ritmillo, o ritmazo, según prefieran.