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Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

Domingo, 10 de noviembre

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Foto: Jennifer Lopez y Constance Wu en Estafadoras de Wall Street/Hustlers

-Un día de elecciones es una magnífica ocasión para una vez ejercido el voto, como es mi caso, y previa sobremesa de café con una buena amiga, darme una vuelta por las salas de cine para ver –es mi trabajo, además- un estreno resultón. En este caso me refiero a esas rumberas ESTAFADORAS DE WALL STREET (HUSTLERS):

“Todo el país es un club de strip-tease” (Jennifer Lopez)

 

El empoderamiento también ha llegado al cine de estafadores y de strippers (y algo más), aunque en el segundo apartado ya había llamado a la puerta hace bastante tiempo, desde GYPSY, LA REINA DEL VADUDEVILLE (con la malograda Natalie Wood) en su vertiente más candorosa, hasta la más que reivindicable SHOWGIRLS, entre otros varios ejemplos. Incluso, en el primero hay que recordar que hace casi año y medio –verano de 2018- se estrenaba la réplica o variante femenina a OCEAN´S ELEVEN, titulada en España como en el original, OCEAN´S 8, por no hablar de la excelente VIUDAS fechada por la misma época.

Así que con ESTAFADORAS DE WALL STREET (BUSCAVIDAS en el original) copan las mujeres un espacio que había sido aplastantemente  masculino, compitiendo con garbo, desparpajo, encanto y curiosa fraternidad, pues no deja sino de acabar constituyendo un canto a la camaradería femenina.

Para ello acaba resultando fundamental el muy buen tándem que conforman todas las actrices, pero especialmente el que forman sus dos protagonistas, la –en su sentido más gratificante- sorprendente Constance Wu y una rutilante, más bien explosiva, guapísima y –en todos los aspectos- tremenda Jennifer Lopez, que a sus 50 años da un recital de casi todo, de expresividad adecuada, presencia, movimientos físicos, cuerpo y plenitud física. Tal vez esta sea su mejor actuación hasta la fecha junto a la efectuada para la maravillosa y adorable SHALL WE DANCE? (¿BAILAMOS?).

La cantante, dramaturga, guionista (es prácticamente de la quinta y grupo de las Diablo Cody, Dana Fox y Liz Meriwether) y cineasta cuarentañera Lorene Scafaria vuelve a ejecutar un trabajo ágil, ameno, vistoso, inspirado por momentos y francamente entretenido. Es su tercer trabajo tras las cámaras tras su debut con la refrescante y agradabilísima BUSCANDO UN AMIGO PARA EL FIN DEL MUNDO y THE MEDDLER/UNA MADRE IMPERFECTA (con una como casi siempre impagable Susan Sarandon).

No sólo obtiene un ejercicio bastante competente de género, sino que entre líneas se puede colegir un pequeñito fresco –con algún que otro detalle a lo Scorsese, aunque se acabe imponiendo una realización más videoclipera y modernilla, con una frecuente utilización del ralentí, algo que la acaba alejando finalmente del estilo del autor de UNO DE LOS NUESTROS- de unos Estados Unidos agrietados en sus cimientos, esos que se acaban encontrando estrechamente ligados a las existencias de las “heroínas”, amateurs en sus delitos en comparación con sus sedadas víctimas.

Una vez más, la historia está basada en hechos reales muy recientes, a tiro de piedra, de hace tan solo una década o menos. Y no es que ello tenga una importancia relevante, pero le confiere un toque extra digno de reseñar.

Disfruto, y mucho, de una de las mejores bandas sonoras –y la competencia es considerable, se hila cada vez más fino en este terreno- escuchadas en los últimos tiempos, con temas de lo más diversos, poperos, rockeros o de música clásicas. Desde Frankie Valli & The Four Seasons, Janet Jackson, Britney Spears, Rihanna o 50 Cent… hasta Chopin. De lo más completita, heterodoxa y variada.

Un muy reconstituyente, saludablemente ligerito y animoso espectáculo con acotaciones intimistas. Su falta de pretensiones acaba por otorgarle un plus, una reconfortante simpatía.