jueves, 25 de abril

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

Jueves, 18 de julio

Imprimir artículo

Foto: Matthew McConaughey y Anne Hathaway en Serenity/Serenity

-Lo vi anoche miércoles, pero es este jueves cuando les ofrezco la reseña del quinto y último estreno de este pasado fin de semana, el “thriller” estadounidense SERENITY (SERENITY). No confundir con el notable exponente de ciencia-ficción dirigido brillantemente por Joss Whedon (LOS VENGADORES) hace casi quince años:

“Aun soy la chica del puente” (Anne Hathaway)

“La gente no cambia” (Matthew McConaughey)

 

Me suelen irritar bastante esos autores cinematográficos –o literarios- que tratan de epatar a toda costa con sus obras mediante resoluciones o tramos resolutorios en los que se muestran dispuestos a cualquier precio –el de la propia coherencia narrativa entre ellos- a jugar con la paciencia del espectador, la mía en este caso. Supongo que lo hacen con la mejor de las intenciones, pero pareciera más bien lo contrario, en aras de demostrar lo brillantes y retorcidos que son. Como digo siempre, hay de todo como en botica. Y al final depende, lo que es válido en unas ocasiones no lo es en otras.

Ese plano inicial con el que se sacude como carta de presentación, bien puede ser revelador del carácter sorpresivo pretendido y revelador de lo que finalmente acabará sucediendo. Y no me queda otra que mostrarme enigmático para no chafarles el meollo de la historia… siempre que llegado el instante no se encuentren del todo desinflados –y hasta extenuados- como me ocurrió a mí.

Se encuentra aderezado por un guion de esparto basto, sin sutileza alguna tanto en el trazo de los personajes como a la hora de otorgar presencia, consistencia o cadencia a la relación entre ellos.

Parece mentira que el guionista y director Steven Knigh haya derrapado en la que es una de sus especialidades, un dibujo preciso de los mismos. No se olvide que cuenta con una larga trayectoria en esa su primera faceta (PROMESAS DEL ESTE, UN VIAJE DE DIEZ METROS, AMAZING GRACE) y que, en la segunda, este supone su tercer trabajo tras el resultón REDENCIÓN y el gratísimo y sorprendente LOCKE (precisamente otra historia de redención que transcurre íntegramente en el reducido marco de un automóvil… todo un ejercicio de estilo brillantísimamente expedido).

Esta vez no acierta con la tecla adecuada. No me vale que su final venga a justificar actitudes acartonadas, de cliché, propias del más manido cine noir. Su cámara se manifiesta, se revela excesivamente enfática, petulante.

Se notan torpemente sus clarísimas influencias y que trata de respirar a la sombra de FUEGO EN EL CUERPO, PERDICIÓN o A PLENO SOL (Patricia Higsmith). Pero es en vano, pues se acaba erigiendo más como un aprendiz de pacotilla de Nolan que como un discípulo de los grandes maestros del género: Hitchcock, Lang, Preminger.

Que no le llega al sabañón del pie a ninguno de los citados queda patente en la secuencia innecesaria y explícita del encuentro erótico o hasta a la hora de filmar la pamela que luce una desaprovechada Anne Hathaway. También McConaughey vuelve a pinchar en hueso llevando a cabo una composición desmedida, pasada de vueltas (vale, ello podría tener una justificación final, pero no me sirve como coartada).

Una ocasión desperdiciada para renovar los cauces de un género tan apasionante como el negro que no vive sus mejores momentos… o que tal vez se haya reciclado en sus cánones y liturgias (porque al fin y al cabo están adscritos al mismo –por poner ejemplos autóctonos- las admirables LA ISLA MINIMA, QUE DIOS NO PERDONE y TARDE PARA LA IRA, por no hablar de varios notabilísimos exponentes procedentes del Norte de Europa).

Francamente fallida.

-Era de esperar que la que con toda seguridad será la “feel good movie” (película de buen rollito) del verano iba a tener una buena respuesta de asistencia en Los Jueves al Cine, pese a llevar tres semanas en cartelera. Me refiero a la preciosa y entusiasta YESTERDAY (YESTERDAY):

“¿A que lo normal es estupendo?” (Himesh Patel)

 

Una comedia romántica de ribetes fantásticos que parte del supuesto de un mundo en el que no hubieran existido los Beatles (ni algún que otro icono cultural y social de lo más curioso… pero la cuestión no es el porqué de ello).

Ver en los créditos el nombre del guionista y director, fundamentalmente lo primero (12 trabajos hasta la fecha en dicho cometido contando el que aquí me ocupa, 3 en el segundo) del neozelandés nacionalizado inglés Richard Curtis (62 años) supone siempre para mí un motivo de alegría y felicidad. Nunca me ha defraudado hasta la fecha. Así lo corroboran, por ejemplo, sus libretos para las adorables EL DIARIO DE BRIDGET JONES, CUATRO BODAS Y UN FUNERAL, WAR HORSE (sí, la de Spielberg) o NOTTING HILL. Y añadiendo a esta también su faceta de director he de citar obligatoriamente las estupendísimas LOVE ACTUALLY, RADIO ENCUBIERTA y UNA CUESTIÓN DE TIEMPO.

Sobran pocas presentaciones más, la enorme calidad de estos trabajos habla por sí sola del porqué este tipo y profesional condecorado Comendador de la Orden del Imperio Británico me cae tan sumamente bien. Y aunque nunca se puede garantizar aun conociendo a la persona, lo intuyo por sus textos como alguien especialmente positivista. Igual tiene que ver en ello el hecho de que su signo del horóscopo sea el de escorpión… Por supuesto, interpreten esto último como una humorada y un auto guiño por mi parte.

Y pese a contar con una fundamental producción de las Islas, todos estos títulos surgen –en la financiación principalmente- de ese habitualmente afortunado maridaje entre la cinematografía británica y la estadounidense.

YESTERDAY vuelve a ser otra dichosa y lograda muestra del estilo Curtis. Ese que se caracteriza por argumentos aparentemente sencillos y livianos, pero impregnados de un optimismo y un encanto francamente especiales. Lo simplifico así por sintetizar, pues podría desarrollar más ampliamente su toque… más bienvenido que nunca en estos tiempos cínicos y descreídos, en los que apostar por personajes, situaciones y finales reconstituyentes, que creen en el ser humano pese a nuestra compleja condición, me parece todo un signo de distinción y aplauso.

Si a ello sumamos otros dos factores fundamentales, tenemos casi la película ideal. De fórmula dirán algunos, pero que estos mismos se atrevan a aplicarla si la consideran tan fácil… que seguro en modo alguno lo es. Hacer parecer las cosas sencillas es a veces lo más complicado de este mundo… y esto no es solo aplicable al cine.

Por una parte, tenemos a la monísima y encantadora actriz, también inglesa, Lilly James (30 primaveras recién cumplidas), que está haciendo una brillante carrera en Hollywood, si obvio claro, su aparición –ella no tenía la culpa- en la insufrible ORGULLO + PREJUICIO + ZOMBIES. Desde luego, suelo esperar con expectación y gran interés los proyectos en los que se embarca porque suelen ser sinónimo de buen rollito y fiabilidad, tal como lo atestiguan CENICIENTA, la sensacional BABY DRIVER y MAMMA MIA: UNA Y OTRA VEZ (no se olvide tampoco su aparición en la televisiva y excelente DOWTON ABBEY).

Por otra, algo tan contundente, incontestable y maravilloso como una banda sonora repleta de numerosos temas de The Beatles, que es de justicia reconocer que están muy bien versionados, entre otros por el propio protagonista, Himesh Patel (de origen indio, 28 años, nada que ver con Dev Patel… el intérprete de SLUMDOG MILLIONAIRE, EL EXÓTICO HOTEL MARIGOLD y LION), quien precisamente fue elegido para el papel tras oírle escuchar el tema que da título a la película y BACK IN THE U.S.S.R. (VOLVER A LA URSS) y que, obviamente, suenan a lo largo de su metraje. Al igual que los eternos e igualmente geniales LET IT BE, ALL YOU NED IS LOVE, I WANT TO HOLD YOUR HAND, SOMETHING, HEY JUDE, AND I LOVE HER, HELP, SHE LOVES YOU, A HARD´S DAY NIGHT, THE LONG AND WINDING ROAD, OB-LA-DI OB-LA-DA… Una verdadera gozada y festín para quienes nos consideramos incondicionales del grupo de Liverpool… Mis favoritos de siempre junto a Frank Sinatra, Elvis Presley, Raphael, Nat King Cole, Doris Day o Matt Monro y tantos otros. Ya ven que mis gustos son de lo más antañones y eclécticos.

Otro elemento importante es su director, el oscarizado (SLUMDOG MILLIONAIRE) Danny Boye (Manchester, 1956), firmante de unos cuantos títulos verdaderamente relevantes en su ya extensa pero no demasiado nutrida filmografía: TRAINSPOTTING, 28 DÍAS DESPUÉS, LA PLAYA, MILLONES, STEVE JOBS,127 HORAS, T2: TRAINSPOTTING (la secuela). Suya fue también la realización de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Boyle la ha dotado de una realización enérgica, cadenciosa, fluida, envolvente. Digerible para cualquier tipo de espectadores, más alternativos o más “comerciales” (es un término que detesto y además absurdo, pero lo utilizo para que me entiendan).

Con todos estos mimbres y otros varios más de repercusión algo menor, pero que igualmente contribuyen a la redondez del conjunto, se ha fabricado una película francamente bonita, agradabilísima de seguir, encandiladora, deliciosa.

Y, por cierto, antes de que se puedan adelantar, me da exactamente igual su previsibilidad o el saber cómo va a derivar, es más, en este como en otros casos –no siempre es así, claro- lo agradezco infinitamente. Pero es que, además, si reparan en sus pliegues habla de cuestiones muy importantes, como la necesidad de no engañarnos ni de hacerlo a los demás, de valorar lo que es realmente trascendental en la vida, de priorizar el amor verdadero, de algunos deshumanizados hábitos por parte de los responsables de las compañías discográficas o de marketing en general (esto como aparte de que no todo lo expuesto resulte de color de rosa), de lo fundamental que son los buenos amigos y de los gestos nobles y generosos de estos. Y es que este tipo de cine sentimental –el anglosajón aplastantemente-  bajo sus capas amables, esconden en muchas ocasiones contenidos relevantes sin tener por ello que subrayarlos o alzar la voz…. Y que, al fin y al cabo, son los que mueven y dan sentido a nuestras existencias.

Como anécdota señalar que finalmente fueron eliminadas del montaje final las escenas que rodó la española Ana de Armas en el rol de un romance del protagonista.

Esponjosa, absolutamente recomendable.

Frases:

“Siempre que me siento pesimista por cómo está el mundo pienso en la puerta de llegadas del aeropuerto de Heathrow. La opinión general es que vivimos en un mundo de odio y egoísmo, pero yo no lo entiendo así. A mí me parece que el amor está en todas partes, que siempre está ahí” (Richard Curtis, guionista de Yesterday).

-"¿Cómo sería un mundo sin los Beatles?".

-"Los milagros existen" (Lily James).

Breve apostilla:

Me hace gracia cuando oigo hablar sobre películas del corte y confección de YESTERDAY (o del de PRETTY WOMAN, LOVE ACTUALLY, CUATRO BODAS Y UN FUNERAL, LA BODA DE MI MEJOR AMIGO, NOTTING HILL, GHOST, SERENDIPITY, SHALL WE DANCE y tantísimas otras) como moñas. Pues bien, de manera sintética explicaré qué entiendo por dicho concepto. Películas moñas son las que puedo ver una y otra vez sin cansarme jamás; que me generan sonrisa en la cara; que me hacen creer en la especie, aunque sea consciente de nuestros sombreados; que me provocan paz, alegría o felicidad indistintamente o al alimón... Esto me suponen entre otras decenas de muchísimas cosas más. Supongo que quienes se refieren a este tipo de cine de esta manera hubieran considerado ¡QUÉ BELLO ES VIVIR! con idéntico calificativo. Benditas sean por siempre jamás.

Elucubración:

Se han parado a pensar que realmente no existen los milagros y que todo es fruto de las ensoñaciones de Jack durante su convalecencia. Ahí queda eso.