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Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

Miércoles, 19 de septiembre

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Foto: Don Murray y Lee Remick en Duelo/These thousand hills

-Toca miércoles de paseo y quedadas con amigas… y sofá, partido del Real Madrid y antes, de madrugada, western clásico, un género que no puede faltar regularmente en mi vida. Contienen vitaminas anímicas… los norteamericanos del período clásico fundamentalmente. En esta ocasión es el turno de uno insólito, singular y apasionante, DUELO EN EL BARRO (THESE THOUSAND HILL):

Poco conocido western, adelantado a su tiempo, por tanto, tal vez poco comprendido en su momento; sin embargo, una de esas abundantes y magistrales muestras que ofreciera el género durante su época dorada, la década de los 50. Es atrevido, singular, insólito y parcialmente novedoso.

En el fondo y en primera línea es la historia de un arribista, Cat Evans, ahíto de reconocimiento social, posición económica y poder. Un personaje magníficamente trazado tanto en guion, como dirección como por parte de su intérprete, el excelente pero no muy carismático Don Murray, el vaquero de las igualmente extraordinarias BUS STOP o DEL INFIERNO A TEXAS. Hay que ver la de cantidad de maravillas que se realizaron durante aquellos años sin salir de estas lindes.

Además, sus escenas de intimidad con la bellísima Lee Remick poseen una intensidad y lirismo especiales. Un registro contrario respecto a su relación con Patricia Owens, cuyo primer encuentro, mediante una precisa planificación, determina sus aspiraciones y los opuestos sentimientos, carentes de pasión, que le provoca.

Al contrario de lo que se podría esperar, no es pródiga en escenas de acción o tiroteos, pero los que se muestran resultan de una violencia seca, contundente. Algo ya latente en la novela original de A. B. Guthrie, el fabricante de otras aportaciones brillantes como CAMINO DE OREGÓN o RÍO DE SANGRE. Esta última gozaría de una magnífica adaptación de Howard Hawks en blanco y negro a finales de los 40.

Su director, Richard Fleischer, es otro de esos enormes cineastas todoterreno, mal llamados artesanos, al que yo al menos debo decenas de títulos soberbios, como VEINTE MIL LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO, LOS DIABLOS DEL PACÍFICO, LA MUCHACHA DEL TRAPECIO ROJO, LOS VIKINGOS, EL ESTRANGULADOR DE BOSTON, LOS NUEVOS CENTURIONES, BANDIDO, VIAJE ALUCINANTE, CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE o IMPULSO CRIMINAL.

El DUELO EN EL BARRO, o THESE THOUSAND HILLS en el original, nada que ver un enunciado con otro, es uno de sus mejores trabajos. Está impreso de una belleza formal y una tensión dramática, interna, digna de los mayores elogios.

Destacar igualmente su espléndida fotografía en cinemascope o esa perfecta integración de los personajes en los majestuosos exteriores rodados.

A descubrir.