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Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

Domingo, 24 de junio

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Foto: Nick Robinson, Alexandra Shipp, Katherine Langford y Jorge Lendeborg Jr. en Con amor, Simon/Love, Simon

-Tercer estreno del fin de semana –ya solo me quedan cuatro- a la buchaca. De nuevo otra gran, “modesta” e intimista producción estadounidense, CON AMOR, SIMON (LOVE, SIMON):

LA DELICADEZA es el título de una encantadora película francesa de 2011 dirigida por los hermanos Foenkinos –David y Stéphane-, de actualidad de nuevo por haber estrenado su segundo largometraje hace un par de semanas, la discreta y visible ALGO CELOSA.

Delicadeza a raudales es la que esgrime esta producción norteamericana de la Fox, primera de un gran estudio en mostrar a un protagonista gay en una comedia de instituto o de “high school”. Y me no suena esto en ningún momento a operación de marketing, sino a relato sincero, pleno de encanto, buen humor y normalidad. O si acaso a una legítima manifestación de celebración de la diversidad en el terreno sentimental.

No tiene nada que ver, salvo en el hecho de que constituye otro tipo de diferencia, pero no puedo evitar la comparación por resultarme igual de conmovedora con la espléndida WONDER. Qué lástima que se estrene en esta época veraniega en la que lo único que parece gobernar en las taquillas son los “blockbusters” (y no es que los desdeñe en absoluto, el inconveniente es que su larga sombra tapa las posibilidades comerciales de otros títulos más modestos y sin tanto aparataje comercial). Hubiera merecido mejores fechas, como sucedió el año pasado con la extraordinaria BABY DRIVER, para no pasar tan desapercibida como me temo pasará.

Una de sus muchísimas virtudes es que hace de los estereotipos “teenagers” virtud. Y ya no solo porque el protagonista muestre su verdadera condición sin necesidad de afectaciones de ningún tipo, sino por la veracidad, la calidez, la ternura, el afecto, la cotidianidad que rezuman todos aquellos que les rodean, sus leales amigos, sus comprensivos padres hacia algo que no debería necesitar de ello por tener que haber sido siempre algo tan natural como la propia heterosexualidad, inclusive el compañero cabronazo capaz de enmendar malas acciones.

En Estados Unidos ha supuesto un fenómeno sociológico que ha puesto un considerable grano de arena en pos de la integración sexual, la LGTBI adolescente. Y no es que el cine tenga que erigirse en un manual de buenas conductas, pero cuando estas vienen tan magníficamente empaquetadas, como sucede con la reciente CAMPEONES respecto a la discapacidad, creo que hacen muchísimo bien en pos de que repercuta una mayor tolerancia o comprensión por parte del personal.

Dar el paso de salir del armario, que no debería suponer ningún trauma todavía sigue viviéndose así en muchas ocasiones. Y dando gracias los que tienen el privilegio de vivir en países occidentales –con la excepción de la Rusia del homófobo Putin-, pues ni les cuento en sociedades de mentalidad feudal como el Irán de los ayatollah, capaces todavía de colgar a quien muestra una preferencia sexual diferente a la denominada equívocamente como normal (lo son todas, mientras se respete al de enfrente).

En fin, como comenté en su momento con motivo del estreno de LA CHICA DANESA o años atrás con EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS, el cine puede tener una función no solamente entretenida, divertida sino loablemente terapéutica reivindicativa y reflexiva. Es el caso de esta maravillosa y recomendabilísima CON AMOR, SIMON, uno de los grandes estrenos del año llegados a España, a Ciudad Real, en plena canícula.

Y no quisiera finalizar esta reseña sin destacar el enorme trabajo, por la naturalidad y credibilidad que desprende, de Nick Robinson como el susodicho Simon Spier. Aunque no le van a la zaga un grupo de actores jóvenes que muestran muchísima desenvoltura, o veteranos como la atractiva –me ha encantado siempre su sonrisa, y su hoyuelo- Jennifer Garner y Josh Duhamel. Todos están muy bien, rayan a gran altura. Hacen gala de lo que tantas veces es santo y seña del cine norteamericano, se muestran tan creíbles, tan auténticos, aunque se trate de un extraterrestre que busca regresar a su casa, que es inevitable, en mi caso al menos, que me tengan permanentemente ganado para su causa.

Absolutamente recomendable. Emotiva. Otra de las que no deben dejar de ver este 2018.