Se cumple el centenario de uno de los grandes olvidados de las letras hispánicas de la segunda mitad del siglo XX: Francisco García Pavón (Tomelloso,1919- Madrid, 1989), padre de Plinio, jefe de la policía local de Tomelloso y de su ayudante el veterinario don Lotario. Plinio fue el primer personaje del género negro español y le dio fama en su momento, pero García Pavón también fue doctor en Filosofía, director de la editorial Taurus entre 1960 y 1969, director de la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y ganador del Premio Nacional de la Crítica. Muchas cosas. Como anécdota curiosa, contada por el gran Manuel Vicent en su libro Aguirre, el magnífico. queda la reacción de los partidarios de García Pavón a la toma por asalto por parte de Jesús Aguirre, futuro Duque de Alba, del mando absoluto de la editorial Taurus, distribuyendo octavillas en el Café Gijón acusando de homosexual a su rival.

Y, sin embargo, a día de hoy sus libros están descatalogados. Como escribió el periodista Enric González ya en el año 2016: “A España le faltan muchas cosas para tener arreglo; una de ellas, que García Pavón esté en las librerías.”. Este verano, el Ayuntamiento de Tomelloso ha remozado la plaza y ha instalado frente a Casino de San Fernando una escultura de Plinio y don Lotario, cuyas esculturas guardan parecido con los actores Antonio Casal y Alfonso del Real que les dieron vida en la serie de televisión Plinio, estrenada en TVE en el año 1972, y de la cual fue guionista José Luis Garci. El catedrático de la Universidad de Murcia José Belmonte, autor de una biografía de García Pavón publicada en el año 2005, cree que la serie acabó por condenar a García Pavón, porque la producción, además de ser de mala calidad, proyectó una imagen bondadosa de la policía en un momento en el que el franquismo era más cuestionado que nunca. Sostiene Belmonte que “la generación del cincuenta está maldita porque la generación posterior se los comió. La Transición los enterró.” Incluso Manuel Vázquez Montalbán le tuvo por un autor menor, que no era autor de literatura negra sino de costumbrismo manchego. Ello no obstante, Belmonte destaca que “la literatura de García Pavón es actual como ejercicio de memoria histórica y también como visión precursora de lo que hoy llamamos España vacía.”

Fernando Valls, profesor de literatura de la UAB, cree que es un autor fundamental en la historia del relato breve en Españas, pero ni por esas se le h hecho Justicia, no existe una antología de sus cuentos, pese a que resulta imprescindible en una historia de la literatura policíaca española. Autores fundamentales en este género en la actualidad como Lorenzo Silva o Alicia Giménez Barlett, destacan el valor de la obra de García Pavón.

La infeliz serie, ciertamente cutre, me sirvió años después para descubrir libros como El reinado de Witiza (1968), El rapto de las sabinas (1969) o Las hermanas coloradas (1969) con la que ganó el Nadal. En este año se reeditan sus obras completas en cuatro volúmenes por la editorial Cuarto Centenario (3.374 páginas. 87 euros).

No me gusta el chiste estúpido y faltón (y probablemente falso y por ende calumnioso) de Ricardo en el diario El Mundo del pasado viernes. En el mismo se ve a una señora sentada en un sillón escuchando la música de sale de un tocadiscos en el que se encuentra apoyado un disco de La Bohème interpretado por Plácido Domingo. Las notas salen del reproductor en un sinuoso pentagrama acabado en una mano que se acerca tocar el pecho de la oyente, mientras puede leerse Che gélida manina, la letra del aria de Rodolfo de la referida ópera. Si el tal Ricardo sabe algo que mi menda no conoce en relación a tan escabroso tema, que se acerque al Juzgado.

El vino recomendado esta semana es el Abadía Retuerta Selección Especial 2016. Uno de los escasos vinos de una determinada zona vinícola española que verán entre mis favoritos. Y eso que este vino se etiqueta como Vino de la Tierra de Castilla y León, sin utilizar la denominación de origen vinculada al río que muere en Oporto, de cuyo límite administrativo tan solo le separan unos cientos de metros. Ensamblaje de tempranillo, cabernet sauvignon y syrah, resulta elegante, de boca poderosa y fresca, plena de taninos con un final interminable. Un gran vino para beber y para guardar.

Sigan con salud.

Foto: cadenaser.com