sábado, 20 de abril

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Barricada Cultural

 

Antipasti diversi

por Fernando Aceytón Sorrentini

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El título de mi anterior artículo parecía premonitorio. Esto se está convirtiendo en la sección necrológica de una hoja parroquial. Esta semana despedimos a otro ídolo de la infancia (en eso consiste envejecer, en ver cómo se van marchando los que cuando éramos pequeños eran más jóvenes de lo que somos ahora), Doris Mary Ann Kappelhoff, más conocida como Doris Day. Ha muerto en Carmel, la ciudad californiana de la que fue alcalde Clint Eastwood, a la edad de 97 años. Señala el gran Julio Valdeón que en el Hollywood clásico le tocó el papel de rubia amable, sensata y alegre. La emperatriz de las comedias dulces. Alternó títulos livianos y grandes taquillazos, pero pocos como ellas pueden presumir de haber rodado a las órdenes de las grandes vacas sagradas (Curtiz, Vidor, Hitchcock….). Compañeros suyos fueron gente como Cary Grant, Jack Lemmon, James Cagney, Clark Gable, David Niven y sobre todo Rock Hudson, su gran amigo al que tanto apoyó. No deja un legado de papeles esenciales, pero hay mucho y bueno en una vida dedicada al cine y a la música (Calamity Jane, Quiéreme o déjame, Confidencias a medianoche, Pijama para dos, El hombre que sabía demasiado o Suave como el visón son películas que constituyen parte de su filmografía esencial y que merecen ser revisitadas libres de tópicos o prejuicios moderniquis). No debemos olvidar que Doris Day fue asimismo una muy notable cantante de jazz. Atacó un repertorio polifacético y nos ha dejado joyas como Life Is Just a Bowl of Cherries, terciopelo puro para un grandioso estándar del jazz dorado. Grabó discos sin cesar durante dos décadas, coleccionando éxitos en las listas y colaborando a crear la banda sonora de un país que deseaba a toda costa abandonar la pesadilla de la guerra. Dos películas no obstante la llevaron a una fama que no alcanzó ninguna otra artista: El hombre que sabía demasiado (1956), de Hitchcock y Confidencias a medianoche (1959). En la primera cantaba la archifamosa Qué será, será y en la segunda interpetró varias piezas que la situaron en la cima de la música pop: Pillow Talk y Roly Poly. Como recuerda Lluís Fernández, James Cagney dijo de ella que su mayor encanto era ignorar que era sexy

Nada que ver con esa troupe chusmática que se dedicó el miércoles pasado, día en el que se celebraba en Madrid la fiesta de su patrón, San Isidro, a escrachar, esto es, a violentar, acosar, insultar, amenazar y acojonar a una señora embarazadísima, representante legítima de una legítima y legal formación política, Begoña Villacís. Los tipos pretendían, presuntamente, protestar contra los desahucios. Como escribía ayer Inaki Garay en Expansión: Suele pasar que el activismo no es un medio para arreglar nada, sino un fin en sí mismo que, como vive de los problemas, tiende a perpetuarlos.” Dicho en román paladino, protesten Uds. a la Abuelita Paz que rige Madrid, y pídanle que libere suelo barato. Lo demás es populismo sucio. Y violento.

Como Uds. saben, suelo dirigirme a Messi como el rosarino deshabitado. No me cae bien ni me caerá, como dice Ussía, hasta que cambie de equipo o se retire. Pero justo es reconocer que su gesto en el acto en el que se le concedió (tarde) junto con un extenso grupo la Cruz de San Jorge, no aplaudiendo cuando, como es costumbre en estos paletos tan pesados, se recordó a los políticos (mucho es decir) presos, le engrandece y ennoblece.

Dentro de una semana votaremos para formar un nuevo Parlamento europeo. Estas elecciones, dado como está el patio en el mundo actual, son fundamentales para tratar de conformar una Europa más unida y más fuerte. Esperemos que los europeos se lo tomen más en serio que el Festival de Eurovisión, esa frikada que recuerda a La parada de los monstruos, la gran película de Tod Browning. Países amiguitos que se votan mutuamente con descaro, inclusión de países tan europeos como Azerbaiyán, Israel o Australia (que está aquí al lado) y ganadores como los Países Bajos (nunca se había definido mejor un estado soberano) con una canción plúmbea. Inenarrable.

El vino de la semana, ahora que comienza a apretar el calor es un rosado, en este caso uno del Alentejo Portugués: Rosé da Fita Petra. Un rosado “no vintage” que combina la frescura de las añadas más jóvenes con el envejecimiento de las lías. Refinado y complejo, cremoso en el paladar, equilibrado y refrescante. Un gran rosado.

Sigan con salud.

 

Foto: Doris Day.