miercoles, 24 de abril

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Barricada Cultural

 

María Estuardo, la reina trágica

por María Delgado

Imprimir noticia

Tenemos estos días en cartelera una interesante película “María, reina de Escocia”, acerca de la desgraciada vida de esta soberana, uno de los personajes más desdichados de todo el convulso siglo XVI europeo.

La reina Estuardo nació un 8 de Diciembre de 1542 como hija de Jacobo V y María de Guisa. Fue la única heredera legítima que sobrevivió a este rey, y tan sólo seis días después de su nacimiento, a la muerte de su progenitor, subió al trono de Escocia.

Con cinco años fue enviada a Francia, ya prometida al que sería su primer marido, Francisco de Valois, primogénito de Enrique II y Catalina de Médicis, con el que llegaría a reinar brevemente años más tarde.

A raíz de su viudedad, a los diecinueve años, María decidió regresar a Escocia y reclamar el trono, hasta entonces gobernado en su nombre por regentes.

Y aquí comienzan los problemas de la joven. María era prácticamente extranjera, una refinada y culta francesa en medio de sus rudos súbditos escoceses; además era una ferviente católica en un país en constante lucha a causa de la expansión protestante. El regreso de la soberana no fue bien aceptado.

Sus propias malas decisiones fueron labrando su trágico destino hasta el final. María contrajo matrimonio sucesivamente con hombres que se aprovecharon de ella y del país en beneficio propio. Desairó a muchos de los vasallos con su política errante, y lo más peligroso: se ganó las iras de Isabel Tudor al afirmar su derecho al trono de Inglaterra por encima del de la “reina virgen”.

Es cierto que su candidatura era impecable, y que tenía todo el derecho a proclamarse heredera del trono inglés; pero en un momento de triunfo de las iglesias reformadas, muchos preferían apoyar a la hija de Ana Bolena y no a la legítima Estuardo.

Curiosamente, algo no muy conocido es que la anterior reina inglesa, María I Tudor, sí pensaba nombrarla heredera ante su imposibilidad de ser madre. Pero su consorte, el rey Felipe II de España, que en este asunto no hizo precisamente gala del apodo de “rey prudente”, le aconsejó nombrar heredera a su media hermana Isabel. María Tudor tenía dudas acerca del catolicismo de Isabel —y no se equivocaba—; pero el rey de España, que ya pensaba en una próxima esposa no supo verlo. Fue una pena que nunca hubiera llegado a conocer en persona a María Estuardo, que además de católica, según las crónicas era una mujer bellísima. La Historia hubiese sido muy diferente.

En 1568, derrotada por los súbditos que se oponían a ella, entre otros, algunos hijos bastardos de su propio padre, María cruza la frontera hacia Inglaterra, donde espera encontrar ayuda. Isabel Tudor aprovecha entonces la oportunidad que se le presenta para deshacerse de una vez por todas de una rival tan molesta, y la hace apresar acusándola de querer arrebatarle el trono.

Nada menos que dieciocho largos años pasará la reina escocesa encarcelada en suelo inglés, mientras son otros los que en Escocia gobiernan y educan a su único hijo Jacobo. Durante su cautiverio, no cejará de conspirar con unos y con otros, en aras de su liberación, lo que le valdrá la condena a muerte. La acusación que la lleva al tajo del verdugo es la de querer arrebatar el trono a la soberana de Inglaterra; aunque si bien María nunca dejó de lado esa idea, sus tejemanejes y los de sus partidarios ya hacía tiempo que sólo contemplaban la libertad de la reina Estuardo.

Su muerte asustará y conmocionará al resto de monarcas europeos. Se había roto un tabú: Era posible condenar y ejecutar a un rey legítimamente coronado. De hecho, en Inglaterra, en menos de un siglo, otro rey irá al cadalso, Carlos I, irónicamente un nieto de María Estuardo.

Todavía no he podido acercarme al cine para ver el largometraje pero creo, por lo que he leído por ahí, que no guarda mucha fidelidad a la verdad histórica, así que he querido hablaros un poco de ella para que podáis juzgar mejor. En el mundo anglosajón, está muy extendida la creencia en las virtudes de Isabel Tudor, y la perfidia de la católica Estuardo (de cualquier católico, dicho sea de paso). Pero la Historia nunca es clara, siempre hay muchos matices; hay que entender las motivaciones de sus protagonistas y el contexto en que se desenvuelven. María Estuardo tuvo la desgracia de ser un peón en manos de otros, y su condición de católica, en un siglo de convulsas guerras de religión, no ayudó precisamente a sus intereses.

¡Nos leemos!

 

Foto: viajarporescocia.com