viernes, 19 de abril

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Barricada Cultural

 

Descifrando la gran mentira

por Ignacio Gracia

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Pedro Baños es coronel del Ejército de Tierra en la reserva. Tiene cierta notoriedad porque es uno de los asesores de Iker Jiménez en el programa Cuarto Milenio. Hace unos meses sonó incluso su nombre en los mentideros políticos como candidato a ministro de defensa. Es experto en geoestrategia. Y sobre esta palabra tan extraña ha publicado dos libros con un éxito editorial sin precedentes: “Así se domina el mundo: desvelando las claves del poder mundial” (Ariel, 2017) y “El dominio mundial: una guía visual del poder” (Ariel, 2018). El pasado 13 de diciembre estuvo en el antiguo casino de Ciudad Real dando una charla en la que repasaba algunos de los contenidos de su última publicación.

La verdad es que la presentación, al igual que sus libros, tiene un punto de liberación para los neófitos. Es como quitarte la venda de los ojos para empezar a entender las reglas con las que se mueve el mundo. Son, en definitiva las reglas de la guerra, pero de una forma mucho más solapada y sutil de lo que nos imaginamos. Menos bárbaras, pero las mismas al fin y al cabo. Pedro Baños ha sido profesional de inteligencia, ostentado el mando de este importante ámbito en la OTAN; pero confiesa que hasta para su ojo entrenado le es difícil entender ciertos movimientos de poder, algunas noticias y silencios motivados por un claro interés. Imaginaos lo que podemos captar de la verdad los que nos tragamos las noticias con las orejeras puestas y creyendo en lo que alguien quiere que creamos. Vivimos una mentira. Descifrar la mentira es el trabajo de Pedro. Os transcribo alguna de las ideas que esbozó en la charla. Os van a hacer pensar, os lo aseguro. ¿Quieres seguir leyendo? ¿Quieres de verdad la pastilla roja de Matrix? Adelante, pues. Ya no hay regreso después del conocimiento.

La primera idea que transmite es que todo en el mundo se mueve para conseguir el poder. No el dinero o los mercados. El poder absoluto. El que tiene poder imprime el dinero y dicta las reglas que rigen los mercados, esa es la diferencia. Y para ser verdaderamente eficaz el poder tiene que dar miedo. El poder no se puede compartir. Manda en familia quien tiene el mando a distancia, dos mandos a la vez no son operativos.

Y precisamente la clave del mando a distancia: los medios de comunicación propagan las noticias que interesan, olvidando otras a propósito. Noticias incompletas, falsas. Hasta lo que vemos en Hollywood está controlado. Si eres capaz de influir en las emociones del espectador está hecho. Y lo consiguen sin que nos demos cuenta, haciendo que lleguemos a desearlo, como el famoso fotograma de coca cola intercalado en la película. Como en el argumento de Origen: acceder a los deseos, influir en ellos. Conseguir que parezca decisión nuestra, para convertirnos en esclavos complacientes.

Todo ello se multiplica en el moderno campo de batalla de la información: el ciberespacio. El lugar desde el que se manejan los hilos, incluidos los del terrorismo. La experiencia en inteligencia militar de Pedro Baños le hace asegurar que es más fácil engañar que convencer de que estás siendo engañado, sobre todo cuando la información que recibimos está condicionada a lo que queremos ver. A lo único que venden las agencias de prensa. Y estamos sometidos a la peor censura, a la más sofisticada: la sobreinformación. Fuera del canal establecido, todo es un caos donde es imposible orientarse.

Destaca el ponente un hecho extraño en el reciente equilibrio de poder mundial. Desde la caída de la Unión Soviética ya no hay dos potencias y un único país ha ostentado la supremacía. Poco inteligente para el resto, ¿verdad? Pues lo extraño es que desde el poder económico ha surgido otro gigante que ha adelantado en este campo a Estados Unidos: China. ¿Cuál es entonces el enemigo? Ya no hay palacios de invierno que asaltar. Según Baños, hacen falta hombres de estado, no políticos. Líderes ilusionantes. ¿Qué es lo que podemos hacer? Por desgracia en Europa nada, porque vamos a ser una mota de polvo en el tablero. Por ejemplo, Nigeria va a tener en pocos años más habitantes que toda la comunidad europea. Y a nivel económico pintaremos mucho menos. Economías emergentes como la de México van a ser equivalentes por sí solas a las de la vieja Europa. Quizás la única posibilidad es reinventarnos. Como democracia exigir el cumplimiento de los programas electorales, teniendo en cuenta que todos los extremismos perjudican al pueblo.

La única solución si existe es empezar a valorarnos para trabajar unidos. Primero como país y luego como continente. De lo contrario está prevista en breve una gran revolución social, la crisis es su mensajera. Paradójicamente el escritor plantea que la única solución no para ganar, sino simplemente para seguir siendo, pasa por mejorar relaciones con Rusia. ¿Incluirlo en la unión? No penséis con la mentalidad de bloques o de signos políticos. Igual no existen. Pensad en que Rusia ha perdido poder y que podemos ser su principal socio y mercado suministrador. Tomaste la cápsula roja, te advertí que si seguías leyendo igual ya no ibas a ver las cosas igual.

Olvida la opción de la píldora azul en la que eras feliz y mira alrededor. La guerra moderna es también una lucha terrible por los recursos naturales. Hace poco hemos cruzado la línea roja. Hemos agotado los recursos naturales renovables, pasado ese punto el mundo ya no es sostenible, no se puede regenerar. Ya no tenemos futuro, ha empezado la cuenta atrás. Y nuestro vecino ruso tiene unas enormes reservas y el interés de oponerse a Estados Unidos. ¿Es tan ilógico? Repito, no pienses en bloques o políticas, quizás nunca hayan existido.

¿Son ideas locas? ¿Ha enloquecido Pedro como el protagonista de “una mente maravillosa”? ¿Creéis que en inteligencia se trabaja con mentiras? Os prolongo pues el efecto de la pastilla roja arrojándoos unos cubos de realidad helada: ¿Por qué no se habla de Siria en los telediarios? ¿Habéis reflexionado sobre que ningún terrorismo sobrevive sin un apoyo estatal? ¿Creéis que el Bitcoin no está controlado por alguien interesado en hundir el dólar? Buscad donde se incrementan las reservas de oro. Buscad una palabra que todavía no recoge la RAE: Petroyuanes. La vais a utilizar. ¿No os parece extraño que si mañana quisiésemos sacar un 1% de los españoles nuestro dinero del banco no podríamos, porque no existe ese dinero? Y sobre todo, sobre todo, seguid creyendo lo que dice la caja tonta. Mitiga el efecto de la píldora roja. Es quizás, la única solución para volver a olvidar… Lo malo es que la semilla de la duda ya está sembrada en vuestro cerebro. Un mundo sin filtros ni anestesia, descrito magistralmente por Pedro Baños.

 

Foto: ecofin.es