viernes, 26 de abril

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Barricada Cultural

 

La Inmaculada Concepción y el Milagro de Empel

por María Delgado

Imprimir noticia

Hoy celebramos el día de la Inmaculada Concepción, una fiesta muy querida en España, que conmemora el nacimiento libre de todo pecado de la Virgen María, Madre del Hijo de Dios. La tradición religiosa nos dice que nació liberada de la culpa del Pecado Original para ser la primera entre todas las mujeres, digna de llevar en su seno al Mesías. Pero, ¿por qué es un festivo tan importante en nuestro país? Es una historia fascinante:

El 8 de Diciembre de 1585, durante la Guerra de los Ochenta Años, un contingente español, el Tercio Viejo de Zamora, derrotó de un modo inverosímil —por las muy duras condiciones en que se desarrolló la batalla, y por la inferioridad de medios— a una flota rebelde compuesta de diez navíos de los Países Bajos, en la llamada Batalla de Empel.

El día anterior, este Tercio, comandado por el Maestre de Campo Don Francisco Arias de Bobadilla, y compuesto por unos cinco mil hombres, estaba combatiendo en la isla de Bommel, que había sido rodeada y bloqueada por la escuadra del almirante rebelde Filips Van Hohenlohe-Neuenstein. La situación resultaba desesperada para los españoles, que sufrían escasez de víveres y pertrechos. Hohenlohe-Neuenstein viéndolos al límite, les propuso una rendición honrosa, pero los tercios respondieron con contundencia: preferían la muerte a la deshonra. No se rendirían jamás mientras siguiesen con vida.

El enemigo entonces decidió abrir los diques de los ríos circundantes para inundar el campamento español, y pronto no les quedó a los bravos soldados más espacio para refugiarse que el pequeño monte de Empel.

Cavando a la desesperada una trinchera, un soldado del Tercio tropezó con una tabla flamenca donde estaba representada la Inmaculada Concepción. Enseguida le hicieron un improvisado altar, y considerando esta aparición una señal del favor divino, se instó a los hombres a luchar con valor, encomendándose a la Virgen María.

Por la noche, se levantó un viento inusualmente frío, que heló por completo las aguas del río Mosa. Los tercios pudieron así atravesar por sorpresa el cauce helado, y atacar a la escuadra enemiga al amanecer, obteniendo una contundente victoria sobre los desprevenidos rebeldes.

Ese mismo día ocho de Diciembre fue proclamada la Inmaculada Concepción como patrona de los Tercios de Flandes e Italia. Y esta festividad se consolidaría en 1854, cuando el Papa Pío IX proclamase como dogma de la Fe Católica la Concepción Inmaculada de la Virgen Santísima.

Es importante conocer el origen de nuestros festivos. Detrás de cada uno de ellos, hay una historia curiosa, que merece ser rescatada del olvido. Independientemente de los sentimientos religiosos —o la ausencia de los mismos— de cada uno, hay que tener en cuenta estas fiestas, que están tan arraigadas en nuestro inconsciente colectivo, y que nos definen como nación.

Espero que estéis disfrutando mucho de estos días de asueto, especialmente los que hayáis hecho puente. Y en un par de sábados estaremos de nuevo recordando anécdotas en este rinconcito digital.

¡Nos leemos!

 

Foto: es.aleteia.org