jueves, 18 de abril

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Barricada Cultural

 

Justicia: Suspenso

por Mercedes De Miguel González

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Varios son los pilares que sustentan (o deben sustentar) un país moderno: Sanidad, Educación, Seguridad, Economía y Justicia.

Hoy me centraré principalmente en el que conozco mejor porque es el territorio en el que, por razones laborales, me muevo a diario: LA JUSTICIA.

Siendo como es un puntal fundamental para que funcione el Estado de Derecho con todas las garantías, suele quedar siempre en un segundo plano como uno de los grandes olvidados por los gobernantes de uno u otro signo.

«Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía», decía Séneca. Pues bien, siglos después esta máxima sigue teniendo plena vigencia (por desgracia).

¿Qué sería necesario para que fuese más ágil? En primer lugar, dotarla de medios eficaces y modernos. Hace unos años se diseñó un plan que pretendía eliminar aquellos legajos de papel sustituyéndolos por el expediente electrónico, que pasaba (y sigue pasando) por efectuar la notificaciones y presentaciones de escritos y demandas de forma telemática. Fue un paso importante, es evidente, pese a que ello suponga un gran coste económico para los colegios profesionales de abogados y procuradores que se ven obligados por ley a sostener una plataforma que, a la par que tremendamente onerosa (y cuyo mantenimiento recae, a la postre, en los colegiados), ha demostrado no estar a la altura. No entraré a contar los pormenores diarios que acontecen cuando se intenta presentar una demanda cuya capacidad supera los escasísimos megas tolerados por dicha plataforma. Tampoco a denunciar los fallos de seguridad que con cierta frecuencia se producen, ni los cortes en el servicio y el consecuente ataque de nervios cuando ocurre el último día de plazo.

Los equipos informáticos de los juzgados están obsoletos y no dan abasto. Los diferentes programas que se utilizan, a veces no se coordinan bien o resultan incompatibles entre sí.

Y en medio de todo este caos nos encontramos los profesionales que diariamente luchamos contra los elementos, y los funcionarios que también se ven incapaces para hacer bien su trabajo.

Nunca es tarde, y precisamente por ello me veo en la obligación de pedir a quienes tienen en su mano la posibilidad de mejorar las cosas, que de una vez por todas decidan crear en España un sistema eficaz que agilice y no ralentice. Creo que no es tan difícil. Costoso sí, pero si se destina un porcentaje suficiente del presupuesto anual a ello, en lugar de malgastarlo en estupideces, no imposible.

 

Foto: heraldo.es