jueves, 18 de abril

Ciudad Real

Visita nuestra página en Facebook Síguenos en Twitter Síguenos en Instagram Síguenos en YouTube
Buscar
Logotipo de Ciudad Real Digital

Estreno en Royal City

Compartir en Facebook Compartir en Twitter Imprimir crítica

El futuro ya no es lo que era ()

Director: Pedro Barbero

Intérpretes: Dani Rovira, Carolina Bang, Carmen Maura, José Corbacho, Yolanda Ramos, Eduardo Velasco, Lucía de la Fuente, Saúl Barceló, Andrea Rosillo

Sinopsis: Kar-El es un conocido adivino que se gana la vida descifrando el futuro de los espectadores en una cadena de televisión local. Pero también es Carlos, un tipo incapaz de comprender ni su vida, ni a sus hijos, ni a su exmujer, ni siquiera a su madre, una prestigiosa actriz. Carlos está en una encrucijada: seguir siendo un impostor y aceptar la oferta de una televisión nacional para ser el adivino estrella de un exitoso programa, o tirarlo todo por la borda y luchar por el sueño de su vida: ser actor. Cuando está a punto de tomar una decisión, un giro inesperado precipitará los acontecimientos. Algo que cambiará para siempre el futuro de Carlos. Y el de Kar-El.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 2 estrellas

EL FUTURO YA NO ES LO QUE ERA fue presentada recientemente en el Festival de Málaga con más bien nulo éxito. Me quedo patidifuso cuando advierto la inhabitual unanimidad por parte de mis colegas de la crítica españoles a la hora de crucificar esta comedia de escaso fuste pero en absoluto infame. Me quedo aún más perplejo cuando, sin salir de este mismo año, he tenido que sufrir producciones autóctonas tan insoportables –todas ellas candidatas al distintivo de peor de la temporada- como INCIDENCIAS, POVEDA, EL PREGÓN, RE-EMIGRANTES (rescatada vía dvd) o LA MINA entre otros lamentables ejemplos, por no hablar de la campeona de todas, CUERPO DE ÉLITE, respetable éxito de taquilla para más inri.

Les aseguro que en esta reflexión no hay ánimo alguno por mi parte de ir a la contra porque sí, sino que surge desde cierta meditación. Y me choca, no puedo evitarlo.

¿Es por ello una película a tener en cuenta? En absoluto, ni me deja ni creo que me dejará huella en el futuro, ni por supuesto alcanza el aprobado, pero no me parece tan indecente como han afirmado tantos, espectadores incluidos.

Por supuesto, falla en muchos aspectos, su desarrollo es ramplón, su look visual no acompaña al corte más o menos excéntrico y ensoñador de su texto (y eso que la historia de ese cotidiano futurólogo tenía a priori su chance), ese juego en el alambre que supone navegar entre comedia y drama no me parece logrado, en fin no continuaré porque si no va a parecer que me uno al mayoritario, casi unánime, coro de voces críticas.

Ahora quiero destacar algunos aspectos buenos, la mayoría surgidos dentro del terreno interpretativo, y también un loable intento, que desgraciadamente no apura sus posibilidades y se queda en eso, en intento, por mostrar un retrato sobre un individuo con el que nos podemos identificar perfectamente en cuanto a esas ilusiones segadas por las cabronadillas que nos tiene reservadas la vida, por esas expectativas vitales frustradas de las que si solemos tomar buena nota podemos salir reforzados, en fin de una serie de cuestiones existenciales envueltas en un tono ligeramente grave o gravemente ligero, lo que prefieran, que creo hacen más llevadero su demasiado obvio, poco sutil, discurso. Y punto, no entiendo esta vez que deba ensañarme más de lo debido.

Respecto al primer aspecto señalado, manifestar que Carmen Maura está magnífica en las escasas escenas con las que le toca pechar, que Dani Rovira me vuelve a convencer dando un pequeño pasito adelante en sus registros, pues  aquí no es solamente el cachondón sino que tras ese envoltorio me encuentro con uno de esos personajes tragicómicos tan queridos de la (gran) comedia italiana de siempre, que Carolina Bang aparte de guapa está rutilante, Corbacho simpático y que los chavales, o no tanto, Lucía de la Fuente (que hace de una cría de 15 teniendo 22), aunque un tanto redicha y ya no lo digo solo por la chavala a la que tiene que representar, y Saúl Barceló, están resultones, se pegan con garbo a la cámara.

En cuanto a su director, Pedro Barbero, intuyo ganas de agradar, supongo que como todos los que se enfrentan a una vocación como esta, en la que constituye la segunda propuesta de su filmografía, tras la lejana y supuestamente terrorífica TUNO NEGRO filmada hace quince años. Queda patente su intento de reproducir clásicos resortes humorísticos, aunque los más acertados provengan del propio gracejo de Rovira; por lo demás, tiene que pulir mucho su estilo para resultar más eficaz.

Poco más poco menos, que eso, que alguien que se traga al año tanta morralla, ni muchísimo menos esta supuesta me parece lo peor digerido aunque resulte insuficiente. 

José Luis Vázquez