jueves, 25 de abril
jueves, 25 de abril
Director: Dani de la Orden
Intérpretes: Berto Romero, Andreu Buenafuente, Jorge Sanz, Belén Cuesta, Goyo Jiménez, Jéssica Ross, Josep Maria Riera
Sinopsis: Juraron que no se verían las caras nunca más pero, por una cantidad razonable de dinero, están dispuestos a hacer una excepción. Los hermanos Osorio, glorias olvidadas de la música electrónica de los 90 con el grupo Supergalactic, años después han tocado fondo, totalmente olvidados. Cuando les contratan para ir juntos a dar el pregón en su pueblo natal no imaginan la que se les viene encima. Sus intenciones de llegar, ganar el dinero y salir corriendo se ven truncadas por planes secretos, hordas de fans y tradiciones ancestrales.
Dada la fecha en que la veo, me resulta un Viacrucis de fallido recorrido y resultado. Otra comedieta española del tres al cuarto.
Protagonizada, es un decir, por los efectivos showman televisivos Andreu Buenafuente y Berto Romero, que no sé si acaban de ser del todo conscientes que esto del cine no se resuelve como un “late show” de más o menos graciosillas réplicas.
Y de verdad, mi respeto profesional para ellos. Pero ni la textura, planificación e interpretación, todo ello propio o como de capítulo alargado de serie autóctona, han beneficiado a este proyecto.
Las simplonas, redundantes y zafias bromitas a costa de esa detestable tradición hispana de arrojar una cabra desde un campanario, bien puede condensar el carácter de una historia que por más que lo intenta, me resulta insoportable tanto respecto al tópico retazo costumbrista que subraya, como a unos personajes de espoleta averiada de fabricación… o más bien traspasada. Inevitable que acuda a mi memoria el estilo landista o sacritanista de los 70.
El trazo grueso acaba se acaba erigiendo en su exclusiva marca de fábrica. Advierto desgana, rutina, pereza creativa. Ni tan siquiera ese émulo de José Luis Fradejas con que se inicia despierta mi inicial interés. Con un poquito más de esfuerzo, podría haber sido un interesante intento de reflejar a tanto idolillo o dúo musical de nuestro reciente pasado.
Para retrato de iconos pop petardos de décadas pasadas, me parece muy superior, sin constituir ningún logro, aquél negruzco y macabro MUERTOS DE RISA del siempre particular e inefable Álex de la Iglesia.
No consigo soltar una sola carcajada en todo el metraje, aunque los dos cómicos, sobre todo Berto Romero, me caigan bien. En cambio, el escaso vecindario que me acompaña en la sala se parte de risa desde el primer minuto. Siento que no me hayan contagiado.
José Luis Vázquez
