jueves, 28 de marzo

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Estreno en Royal City

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Las estrellas de cine no mueren en Liverpool ()

Director: Paul McGuigan

Intérpretes: Annette Bening, Jamie Bell, Julie Walters, Vanessa Redgrave, Stephen Graham, Leanne Best, Kenneth Cranham, Frances Barber, Tom Brittney, Ben Cura, Bentley Kalu, Adam Lazarus, Tim Ahern, Rick Bacon, Nicola-Jayne Wells

Sinopsis: En 1981 el actor británico Peter Turner (Jamie Bell) recibe una llamada inesperada: su ex amante, la actriz ganadora del Oscar Gloria Grahame (Annette Bening), ha sufrido un colapso en un hotel de Lancaster. Mientras ella se niega a ser atendida por los médicos, a él no le queda más remedio que ir a buscarla para llevársela a su humilde casa familiar en Liverpool. Allí, mientras cuida de ella, revivirá todo lo que les unió durante años, y también lo que les separó. Peter se enamoró de Gloria la primera vez que la vio. Era su nueva vecina, una diva de Hollywood, alegre, divertida y llena de energía. Él era un joven actor que comenzaba a cosechar tímidos éxitos en el Liverpool de finales de los 70. Pero ni la diferencia de edad entre ellos ni la fama impidieron el flechazo que dio lugar a una de las historias de amor más apasionadas y comentadas de la época... Basada en las memorias del actor Peter Turner. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Le escribo a una amiga un sms –ni tengo whatsapp ni perspectiva de ello- nada más abandonar la sala, con justamente las palabras que van a leer a continuación, sencillitas por otra parte –es lo que tienen estos nuevos medios de comunicación-, “una maravillosa y real historia romántica, en la que ella tiene treinta años más que él”. Me faltó añadir dolorosa, fugaz y apasionada.

Lo de real es porque así fue, pues estamos ante la adaptación del libro autobiográfico del actor inglés Peter Turner, en el que este cuenta su idilio con la famosa estrella y actriz hollywoodiense Gloria Grahame, que duraría escasamente dos años, desde 1979 a 1981.

El director Paul Mcguigan (EL CASO SLEVIN, serie SHERLOCK) cuenta esto de manera sutil, conmovedora, delicada. No descubre nada con su narración, pero la ejecuta primorosamente. Utiliza con mucho estilo el recurso de los “flashbacks”, de esos saltos temporales determinados por puertas. Y en su momento culminante, nos concede la oportunidad de ofrecer los diferentes puntos de vista de la pareja ante un asunto verdaderamente dramático, doloroso.

Pero aparte de esto, la película reposa principalmente en una extraordinaria interpretación de Annette Benning, perfectamente acompañada por Jamie Bell. Una Bening a la que la productora Barbara Broccoli (la de las últimas entregas de James Bond y de las de siempre, heredada de su padre Albert, denominada precisamente 007) le había ofrecido este papel veinte años atrás, pero para el que la actriz quiso esperar este tiempo y así tener prácticamente la misma edad -57 años- de la homenajeada.

Porque como de homenaje se puede entender esta aproximación al último gran romance, invernal, de retirada, que mantuvo esta seductora mujer con su joven y sensible galán.

Un romance perfectamente bruñido, que no cae en excesos lacrimógenos y bañado en algunos momentos por una luz procedente de ese cine clásico, dorado, que Grahame interpretaría tan exquisitamente y del que fue una de sus reinas, y que le confiere un tono adecuadamente melancólico.

Estamos hablando de alguien –de poderoso encanto, sensual e insinuante voz, versátil profesional donde las haya- que conseguiría un Oscar como secundaria por CAUTIVOS DEL MAL, y en cuya filmografía se agolpan abundantes obras maestras, como DESEOS HUMANOS, EN UN LUGAR SOLITARIO, LOS SOBORNADOS (inolvidable la terrible escena que protagoniza con Lee Marvin, en la que éste le arroja café hirviendo al rostro), ¡QUÉ BELLO ES VIVIR!, DESEOS HUMANOS o EN UN LUGAR SOLITARIO del que fuera el primero de sus cuatro maridos, Nicholas Ray (se casaría también con un hijo de éste, al que parece sedujo cuando el chaval tenía 13 años (se casaron mucho más tarde, claro). Todo un escándalo para la época.

Se especializó en mujeres fatales, viciosas, chicas ligeras, o como se decía por entonces, de moral distraída. Y precisamente ella es la destinataria de una de las frases antológicas de la historia del cine, pronunciada por Humphrey Bogart, en la ya citada EN UN LUGAR SOLITARIO: “Nací cuando ella me besó. Morí el día que me abandonó. Viví unas semanas mientras me amó”. El propio Bogart le daría un consejo profesional impagable, que aquí se recupera, “mantente en la sombra, la cámara siempre llegará hacia ti”. Y en la sombra no sé, pero cuando tuvo que recoger su estatuilla dorada, fue la más breve que ha habido jamás en soltar un discurso, un simple gracias mientras se alejaba del escenario con su premio. El cómico y presentador Bob Hope se quedaría perplejo (aquí lo pueden ver vía imágenes de archivo).

Supone este un hermoso tributo a su persona, incluso a su leyenda, aunque tal vez algunos echen en falta haber puesto más en situación sobre algunos aspectos de su borrascoso pasado. Pero McGuigan es lo suficientemente habilidoso y talentoso como para dejar pistas: esa conversación –áspera- en algún momento con su madre y hermana, ese refugio que busca en la cariñosa familia de él (sintomático probablemente de esa infancia feliz de la que careció).

Para las antologías, una secuencia, la del primer encuentro, ese baile inicial y discotequero entre los dos, ese BOOGIE OOGIE OOGIE. A este tema adornan musicalmente otros como una peculiarísima versión de José Feliciano del CALIFORNIA DREAMIN o una popular balada de la época a cargo de Elton John, SONG FOR GUY. Y ese tema de Elvis Costello en los créditos finales, compuesto expresamente para esta ocasión, YOU SHOULDN´T LOOK AT ME THAT WAY.

Otra curiosidad más, Bell, aquél inolvidable BILLY ELLIOT, se vuelve a reencontrar con la que allí fuera su profesora de baile, Julie Walters, esta vez haciendo de madre. Tutelándole en ambas apariciones, en cualquier caso. Ah… y el auténtico y ya sexagenario Turner sale en un cameo como Jack, el empleado del teatro que les ofrece dos sillas a los protagonistas.

Se viene a sumar a ese pequeño catálogo de historias que exploran el lado más oculto o episodios no demasiados conocidos de las grandes estrellas. Estoy pensando por ejemplo en la igualmente estupenda MI SEMANA CON MARILYN.

Un hermoso tributo. Absolutamente recomendable.

 

José Luis Vázquez