viernes, 19 de abril
viernes, 19 de abril
Director: Isabel Coixet
Intérpretes: Emily Mortimer, Patricia Clarkson, Bill Nighy, Honor Kneafsey, James Lance, Harvey Bennett, Michael Fitzgerald, Jorge Suquet, Hunter Tremayne, Frances Barber, Gary Piquer, Lucy Tillett, Nigel O'Neill, Toby Gibson, Charlotte Vega
Sinopsis: En un pequeño pueblo de la Inglaterra de 1959, una mujer decide, en contra de la educada pero implacable oposición vecinal, abrir la primera librería que haya habido nunca en esa zona. (FILMAFFINITY)
Hacía tiempo, mucho tiempo, casi desde sus comienzos, desde que dirigiera las estupendas COSAS QUE NUNCA TE DIJE, MI VIDA SIN MÍ y LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS, en concreto desde que firmara esta última en 2005, que no me ganaba para su causa la barcelonesa Isabel Coixet.
Recientes actitudes suyas, en concreto una preciosa carta publicada en El País en la que hacía –no se posicionaba en exceso- un llamamiento al entendimiento en Cataluña, y el que la misma le costara insultos de todo tipo por parte de xenófobos, supremacistas y talibanes independentistas, me han granjeado la simpatía por una mujer que siempre me ha transmitido buen rollo y decencia aunque sus formas a veces me hayan resultado repipis dicho desde el más absoluto respeto, tal como lo puedan ser las mías o las de cualquier otro sin que ello suponga rechazo o desdoro alguno.
El caso es que acudía expectante a ver este último trabajo suyo dado los elogios recibidos allá donde se había presentado y a la –aunque de esto hay que desconfiar en los últimos tiempos- buena pinta que ofrecía su tráiler.
Me vuelvo a reconciliar con su cine. Disfruto a lo grande desde la más perdurable intimidad durante toda su proyección, salgo encantado de la sala, flotando. Me encanta la hermosísima reivindicación que hace de los libros, de la lectura, de su poder balsámico para suplir carencias afectivas, para soñar, evadirse, vivir otras vidas y en otros mundos, basándose en el impagable material literario de Penelope Fitzgerald. No me extraña que la cineasta se sienta plenamente identificada con la escritora y con esta obra.
Pero LA LIBRERÍA trata igualmente del coraje, de la pasión, de los sueños… de los frustrados también, de la amistad, de la soledad, de la bondad. También de la estrechez de miras, de los recelos infundados, de los dañinos prejuicios y de las mentes intolerantes, obtusas o cerradas.
Sugiere de paso una preciosa historia de amor contenido, que no sé porqué, o puede que sí lo sepa, me hace retrotraerme a otra de hace años, muy parecida en lo que a su exquisitez formal se refiere, la entablada entre Emma Thompson y Anthony Hopkins en LO QUE QUEDA DEL DÍA.
Cuenta además con una secuencia que siempre la he proclamado en muchas de mis reivindicaciones del formato papel y que ahora la veo plasmada en una pantalla, es ese momento en que Florence Green aspira un libro precisamente porque le encanta su olor… y su textura y su presentación.
Y con qué tacto interpreta a esa mujer, le da vida Emily Mortimer. Qué elegante, encantadora está en esa fiesta con ese vestido de color teja. Le dan adecuada réplica, Bill Nighy (ya había rodado bajo órdenes de Coixet ELEGY y APRENDIENDO A CONDUCIR), como alma gemela de aquélla, y la insidiosa, dominante y despreciable Patricia Clarkson (estos son algunos trabajos más relevantes de esta magnífica actriz estadounidense: VÍAS CRUZADAS/THE STATION AGENT, RETRATO DE APRIL, BUENAS NOCHES Y BUENA SUERTE, CAIRO TIME), como la señorona del lugar Violet Gamart.
El final es triste y en parte esperanzador, precioso en cualquier caso, reblandece mis lagrimales.
Atención a la voz en off (en la versión original claro) de la siempre fascinante Julie Christie.
Sin duda es la mejor película española que he visto en este 2017 (junto con la de otra catalana, Carla Simón y su VERANO 1993), una de las mejores de la temporada y la mejor de Coixet hasta la fecha. Ya son cuatro las que me encantan de ella y otras tantas las que se me atragantan, pero ahora no vienen al caso.
Curiosamente el año pasado por estas fechas se estrenaba otra producción, ésta británico-estadounidense, EL EDITOR DE LIBROS, que también suponía de otra manera un canto a la literatura. Y tres antes no se olvide la muy bonita LA LADRONA DE LIBROS.
Han merecido la pena los siete años transcurridos desde que se pusieron los primeros cimientos a este proyecto. Lo conseguido es una íntima, recogida, delicada, sensible orfebrería de la emoción. Y es que parafraseando una frase que aquí se dice, entre libros (o películas, añado de mi cosecha) nadie se puede sentir solo.
José Luis Vázquez
