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Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

Viernes, 23 de junio

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Foto: Gal Gadot en Wonder Woman/Wonder Woman

-Era obligado, aparte de que me guste el género y aparte también de algunos cuantos fiascos soportados últimamente, que el estreno estrella del fin de semana tenía que ser por muchos motivos WONDER WOMAN (WONDER WOMAN):

Así, de primeras, he de manifestar que me gana para su causa esta primera traslación cinematográfica –en los 70 tuvo lugar un más bien grisáceo trasvase televisivo con Lynda Carter- de las aventuras del personaje creado gráficamente en 1941, siempre a la sombra –seguramente eso le haya venido ahora bien- de los referenciales Superman y Batman. Esta Mujer Maravilla consigue encandilarme desde el primer momento que aparece en pantalla, embutida en el mareante cuerpo y el rostro angelical de la modelo israelí Gal Gadot, habitual en varias de las más recientes entregas de A TODO GAS, que comenzara a descollar un poquito el año pasado con la simpática LAS APARIENCIAS ENGAÑAN y que consigue por fin su primer papel de enjundia, a tono con su considerable estatura y desenvoltura.

¿Icono del feminismo aplicado al tebeo, a este tipo de historias? Pues no lo sé, tal vez, desde luego su manera de desfacer entuertos aporta una visión un tanto alejada de parámetros masculinos sin acabar de renunciar a ellos. Porque es guerrera, sí, eso sin duda, pero aporta un sentido de la paz, de la igualdad, del amor (“los hombres solo son necesarios para la reproducción”) que evidentemente muestra una visión de sexo sutilmente diferente. Y además, ningún galancete del tres al cuarto tiene que acudir a su rescate en ningún momento, es justo al revés, es ella quien salva a todo quisqui al que se pone por delante, sin dejar jamás de hacer frente al mal.

Pero por encima de esto, que en modo alguno seré yo el que desdeñe, lo que aporta esta adaptación es toneladas de entretenimiento sin machacona pretensión alguna, ni recurre a la extenuante y socorrida en los últimos tiempos coartada argumental de héroes traumáticos y grandilocuentes (véase sin ir más lejos su precedente dentro de la propia DC/Warner, la más bien insufrible BATMAN VS. SUPERMAN. EL AMANECER DE LA JUSTICIA). Es lo mejor que han parido desde EL CABALLERO OSCURO y su continuación, LA LEYENDA RENACE.

Aquí en cambio se tira de sencillez de la buena, de la ligera, de la que no por ello debe ser confundida con simpleza. Tal vez el hecho de que también sea una mujer, Patty Jenkins (la misma que firmara la notable MONSTER, Oscar para Charlize Theron, duro relato policíaco y sentimental) la que se haya encargado de filmar esto, sea la demostración del inteligente empoderamiento que poco a poco va también prendiendo en la mayor industria de ocio del mundo.

Lo obtenido por la californiana es un estimulante cóctel de mitología (resulta fascinante ese paraíso inicial de las amazonas, ese increíble reino de Themyscira), súper heroicidad, vintage y realismo. En este último apartado, me parece todo un acierto la enmarcación en la I Guerra Mundial y lo atractivamente plasmada que está en escena. Constituye otro de los numerosos atractivos de esta superproducción que no se enfanga en sus abundantes medios técnicos.

Por supuesto, creo que esto ya es inevitable, surge otra vez la tentación de recargarse al final, solo que esta vez no me resulta tan cargantemente apabullante como en otras ocasiones y hasta los efectos siendo generosos no me parecen tan abrumadores. Y hay algún toque de distinción que acaba redimiendo ligeramente esa  parte.

Lo que sí es perfecto, irreprochable, es esa corte que rodea a la heroína, comenzando por un Chris Pine (capitán James Tiberius Kirk en la nueva y afortunada reedición de STAR TREK, la formidable COMANCHERÍA) en su mejor, en su más convincente versión, una patrulla de lo más discreta y secundariamente achuchable y un par de villanos de los que es obligado que tenga un proyecto de estas características, uno de ellos también femenino y con acento español, Elena Anaya, que recrea a una “gaseadora” y enmascarada Doctora Veneno que parece escapada de LA PIEL QUE HABITO. El otro, nazi para más señas y reencarnación de un dios belicoso, es lidiado por un digno descendiente del maestro John Huston, su hijo Danny, actor siempre competente.

Se advierte la generosa presencia en la producción de Zack Snyder (300, AMANECER DE LOS MUERTOS), incluso en el “look” con el que son abordados algunos de sus pasajes, pues algunas de las brillantes secuencias de acción puestas en liza llevan bastante de su marca. Y en los efectos especiales detecto cierta originalidad, renovación y frescura.

Que el amor se erija en fuerza redentora o que la solidaridad, la amistad y la lucha por la paz sean pontificadas son mensajes, valores, de los que volvemos a estar más necesitados que nunca y que esta película vuelve a poner en liza y al alza.

Es una de las propuestas ideales de este infernal verano para que puedan ir a una sala juntos todos los miembros de la familia. O con su pareja correspondiente, o por separado, incluso sentándose cada miembro de la pareja en una esquina.

Y ahora a esperar esa futura LIGA DE LA JUSTICIA, que espero que se encuentre más cerca del corte y confección del aquí expuesto que el de su antecesora, la ya mencionada y más bien olvidable BATMAN VS. SUPERMAN…

Chulísima. Disfrutable mezcla de modernidad y clasicismo a la antigua (constatable en cómo está narrado el romance entre Diana y Steve).