He leído días atrás que Alfonso Ussía ha sido condenado por el Tribunal Supremo al pago de 70.000 euros por escribir alguna broma acerca de Messi (Lionel). Se me ocurre alguna; ninguna buena, por supuesto. Mientras que al Rey se le puede llamar de todo, e incluso al ministro de Interior se le pueden cortar los “papos”, al ínclito astro argentino del balompié (¿le gusta así, Sr. Messi?) ni se le tose. Que el futbolista del equipo de la Ciudad Condal no es Ortega y Gassett es una obviedad que encuentra asiento en la exceptio veritatis.

Lo que no sé muy bien es que pinta aquí el Sr. Messi tratándose de una sección cultural. Les pido humildemente perdón.

Acaba de publicarse un trabajo fabuloso: Frankenstein. Bicentenario 1818-2018. Edición anotada para científicos, creadores y curiosos en general, edición de Ariel de la inmortal obra de Mary Shelley (traducción de José C. Vales y Vicente Campos). Descubrimos aquí cómo Shelley se inspiró para el “monstruo” o la “criatura” en el alquimista Konrad Dippel, creador del veneno con el que Polidori se suicidó (recordemos que Polidori, autor de la magistral El vampiro, era el médico personal de Lord Byron y se hallaba presente en la villa Diodati, junto al lago Ginebra, en el verano de 1815, cuando junto con Mary Shelley, su esposo y el propio Lord Byron decidieron retarse para ver quién escribía la narración más terrorífica. De ahí salieron Oscuridad, El vampiro y Frankenstein o el moderno Prometeo).

En el prefacio del libro se explica el nacimiento del proyecto, que implicó la consulta a un buen número de científicos para que iluminaran el texto original. La obra nos lleva a la reflexión sobre los límites éticos de la ciencia y la tecnología. El matrimonio Shelley estuvo interesado por los avances científicos de su época y eran conocedores de sus controversias, todo lo cual inspiró a la autora para perfilar las características de los experimentos que contiene la novela. El magnetismo, el galvanismo, la piedra filosofal, el robo de los cadáveres para los hospitales, los experimentos con animales y muchos asuntos más, están explicados mediante unas notas a pie de página elaboradas por cincuenta especialistas. Sin duda un gran libro para todos los que no quieran transitar tan sólo por la mera lectura del Frankenstein y quieran entender el trasfondo científico de la obra.

Leo un interesantísimo artículo de Pedro G. Cuartango en ABC Cultural acerca de Balzac y la novela negra. Sostiene Cuartango que una obra del genial escritor francés titulada Un asunto tenebroso tal vez sea la primera novela negra de la literatura que se ajusta a los cánones actuales del género. Antes que Poe, antes que Conan Doyle y antes que Wilkie Collins. La novela es un prodigioso enredo que desvela la cara oscura del régimen de Napoleón. En nuestro país se publicó en 1973 por Península.

Creo que ha sido Ximo Puig el que ha dicho estos días atrás algo parecido a que el tema de Cataluña no puede ser el centro de todas las cosas. ¡Cuánta razón le asiste! Que un tipo flatulento denuncie la quemazón de los filetes rusos en un centro penitenciario y manifieste que “se m´ha trencat la forquilla” debe llevar a la clase política a replantearse qué es lo que han hecho rematadamente mal.

Como vino recomendado, uno de Sardón de Duero, la milla de oro de la Ribera de Duero, aunque este vino no está adscrito a la denominación de origen: Abadía Retuerta Selección Especial 2014. Elaborado con uvas seleccionadas de los mejores pagos de la propiedad y con una crianza de catorce meses en barricas de roble francés, ha sido galardonado en años anteriores en el International Wine Challenge como mejor tinto del mundo. Un vino que va ganando adeptos cada año. Para quien esto escribe, el mejor vino de la zona ribereña junto con el Hacienda Monasterio. Elegancia, estructura, equilibrio y expresión. Un gran vino. Mejor en botella magnum.

Sigan con salud.

 Foto: elmundo.es